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domingo, 20 de abril de 2025

Tanque viejo construido por Grenada company.

Por Frank Valenzuela

Diario Azua / 20 abril 2025.-

Manzanillo, Montecristi. La comunidad exige al director ejecutivo de INAPA y al presidente de la República cuatro medidas concretas y urgentes: Puesta en marcha inmediata del sistema construido, acuerdo formal de caudal asignado, un nuevo modelo de gobernanza hídrica, cambio urgente de la tapa metálica del tanque elevado

El Imperio Bananero y su red perfecta: el acueducto de la Grenada Company

Cuando la subsidiaria de United Fruit desembarcó en la Bahía de Manzanillo a mediados de los años 40 no solo sembró banano: construyó una moderna ciudad industrial, al estilo de cualquier ciudad de EE. UU., con agua las veinticuatro horas. Dos bombas de 40 L/s extraían líquido de la laguna Saladilla, lo aireaban, filtraban y cloraban antes de enviarlo por una línea de acero de ocho pulgadas hasta un depósito de hormigón de 600 m³ en “El Cerro”. La presión alimentaba casas, talleres, puerto y hospital; los bateyes recibían hidrantes cada doscientos metros. El agua, dicen los archivos sanitarios, podía beberse “directamente de la llave sin temor”.

El servicio era tan estable que el club social, el campo de golf y las locomotoras refrigeradas dependían de él sin generadores de respaldo.

Bajo aquella infraestructura se forjó un modelo urbano poco común en la región del Cibao: todas las viviendas de personal contaban con baño interior, un lujo impensable en pueblos vecinos. El suministro continuo atrajo médicos, técnicos, profesores y profesionales de todos los niveles, generando el índice de alfabetización más alto del noroeste durante los años 50.

La eficacia del sistema radicaba en una operación vertical: la compañía controlaba desde la captación hasta el cloro; cualquier avería se resolvía en horas con repuestos importados. Esa hegemonía técnica explica por qué la población recordaría la era bananera como la única etapa en la que “el agua sobraba” y la fiebre tifoidea quedó prácticamente erradicada.

Del esplendor al abandono: la retirada de la empresa y el primer golpe al acceso confiable al agua

La retirada definitiva de la Grenada Company en 1966 dejó el acueducto intacto, pero sin dueño responsable. Durante la década siguiente, el Estado se limitó a operar las bombas sin presupuesto de renovación ni corrosímetro; las tolas interiores del tanque comenzaron a oxidarse, las válvulas se trabaron y la tubería costera se agrietó por la intrusión salina. Lo que había sido un símbolo de modernidad se transformó en un sistema frágil que funcionaba solo cuando el operador encontraba repuestos de segunda mano.

El vacío empresarial también diluyó la cultura de mantenimiento preventivo: los registros de operación diaria se perdieron y la cloración pasó de continua a esporádica. A finales de los 70, los análisis del Ministerio de Salud detectaron coliformes en el 40 % de las muestras, síntoma de un declive acelerado.

Paradójicamente, el puerto y la línea férrea —herencia directa de la bananera— siguieron activos para banano y otros productos menores; la incapacidad de sostener el acueducto mostró la desconexión entre renta aduanera y servicio público.

Sed desde Laguna Saladillo: la supervivencia antes de la Línea Noroeste

Durante los años setenta, el otrora orgullo hidráulico de la Grenada Company se convirtió en una reliquia herrumbrosa que goteaba cada vez que el reloj marcaba medianoche. Manzanillo bebía, literalmente, de una nostalgia que ya no respondía a reparaciones improvisadas: la tubería de ocho pulgadas que unía la laguna Saladilla con “El Cerro” era un cordón umbilical corroído por la sal, y cada fisura obligaba a suspender el servicio durante días. En cada interrupción, la escena se repetía con metronómica crueldad: mujeres y escolares cruzando las calles y callejones con cubetas vacías, rumbo a cualquier lugar donde se encontrara el preciado líquido que, al amanecer, mostraba la iridiscencia del cloruro en la superficie. El agua sabía a óxido y resignación, pero era lo único disponible.

El barómetro de la tragedia se disparó en 1983, cuando la sequía más intensa de la década vació a la laguna Saladilla hasta dejar al descubierto antiguos troncos petrificados. Los ingenieros de INAPA —con más fe que recursos— decretaron un “racionamiento solidario”: dos días de agua por semana, seis sin una gota. El anuncio, hecho por altoparlantes en los sectores de Manzanillo, provocó un éxodo silencioso hacia la construcción de cisternas privadas construidas sin estudios; en un mes, la conductividad se duplicó y los análisis bacterianos revelaron un cóctel de Escherichia coli y sales disueltas que convertía cada sorbo en una ruleta gastrointestinal.

Frente a la pasividad estatal, el Ayuntamiento ensayó soluciones de trinchera: repartió hipoclorito en botellas de ron recicladas y movilizó brigadas vecinales para desarmar, con llaves inglesas prestadas, los filtros de presión instalados cuarenta años antes. Sin repuestos originales, las bombas gemelas de la estación funcionaban gracias a rodamientos de camiones Mack y lubricantes para motores de pesca. Cada domingo, un mecánico voluntario afinaba los ejes a golpe de lima; a veces lograba dos días de operación continua, suficientes para llenar a medias el depósito y renovar la esperanza.

La factura sanitaria no tardó en llegar. El pequeño hospital —antiguamente de la compañía y ahora en manos del Estado— registró picos de gastroenteritis que desbordaron sus doce camas. Las enfermeras, sin agua corriente en los lavabos, volvieron a hervir cubetas con resistencias eléctricas como en 1930, describiendo con amargura un viaje atrás en el tiempo: “Volvemos a encender hornillos para esterilizar jeringuillas”, confesaba la jefa de enfermeras a un diario nacional. Así, mientras el país celebraba la modernidad eléctrica y la expansión turística, Manzanillo sobrevivía a base de baldes, hipoclorito y rezos, demostrando que la sequía más letal no es la climática, sino la sequía de voluntad política que condena a un pueblo a beber pasado industrial en lugar de futuro.

Población, demanda y cansancio hidráulico

Los censos oficiales muestran 6 285 habitantes en 1970; proyecciones basadas en tasas provinciales sitúan la población en torno a 8 000 en 1980 y 9 100 en 2010. Con una dotación estándar de 150 L diarios, la demanda pasó de 940 m³/día a 1 365 m³/día, mientras la oferta real nunca superó 800 m³/día. La brecha se abrió justo cuando el viejo sistema entraba en decadencia; la crisis de suministro quedó servida.

Detrás de los números hay un fenómeno demográfico: la migración interna atrajo obreros cañeros haitianos y comerciantes de la región y el país, elevando la densidad urbana sin expansión de redes. Cada nueva vivienda se conectaba “al ramal más cercano”, aumentando la pérdida por conexiones empíricas.

El resultado fue una presión que caía a cero antes de medianoche y cisternas privadas que convertían las calles de la comunidad en una maraña de mangueras, evidenciando el agotamiento estructural del acueducto heredado.

La promesa de una tubería de 32 pulgadas: el acueducto ALINO y su espejismo

Para escapar del cerco salino se concibió en 1986 el Acueducto de la Línea Noroeste (ALINO): una conducción de 32 pulgadas y 107 km desde la presa de Monción hasta Dajabón, con un ramal hacia Manzanillo. La obra se vendió como la solución definitiva: agua de montaña, clorada en planta moderna, capacidad suficiente para el crecimiento industrial.

Entre 1987 y 1993 se soldaron los tubos, pero nadie sustituyó la red urbana de fundición de los años 40 ni añadió tanques de reserva. El alivio inicial se evaporó con las primeras fugas: medio siglo de corrosión empezó a drenar la presión nocturna.

El proyecto ignoró la topografía local: sin un regulador de cabecera, la presión diurna superaba los 6 bar y reventaba codos viejos; por la noche, cuando se cerraban válvulas en Dajabón, el caudal era insuficiente para llegar a los barrios altos.

ALINO terminó siendo un bypass caro: enviaba agua a granel, pero no resolvía la micrologística. A los pocos años, Manzanillo comprobó que la tubería gigante necesitaba tanques intermedios y sectorización —etapas que nunca llegaron por recortes presupuestarios.
Nuevo taque de agua construido hace 5 años y no es puesto a funcionar

La década de los golpes: huracán, sequía y cisternas

El 22 de septiembre de 1998, el huracán Georges tumbó un tramo crítico de ocho pulgadas en Copey; Manzanillo estuvo casi tres semanas sin suministro y se inauguró la costumbre del camión cisterna. El pueblo se habituó, de la noche a la mañana, al sonido de las bocinas que anunciaban la llegada del agua a cuentagotas y a la fila de cubetas que serpenteaba por las calles polvorientas. Aquella crisis meteorológica marcó un antes y un después: el agua dejó de considerarse un servicio público confiable y pasó a ser un bien de emergencia, gestionado entre prisas y botes de cloro donados por organizaciones humanitarias.

En 2003, otra sequía obligó a INAPA a girar válvulas: 24 horas de agua cada cuatro días. Mientras el termómetro superaba los 38 grados, los altavoces municipales repasaban un calendario de distribución que pocas veces se cumplía. Los barrios altos aprendieron a llenar tanques plásticos o resignarse a bañarse con cubeta; los barrios bajos, menos castigados por la topografía, se convirtieron en escenarios de peregrinación para quienes buscaban un chorro de presión aceptable. La convivencia pacífica se tensó: en las madrugadas se oían discusiones por el derecho a conectar una manguera extra y los inspectores locales eran recibidos con recelo, acusados de cerrar llaves por favoritismo político.

Cada evento climático dejaba cicatrices sin reparar: las soldaduras de emergencia redujeron el diámetro útil y generaron bolsas de aire que provocan golpes de ariete hasta hoy. Los operarios, sin planos actualizados de la red, abrían zanjas a ciegas, sustituyendo tramos centenarios con tubería de PVC más delgada que la original. Ninguna de esas intervenciones incluyó válvulas de purga ni ventosas, de modo que cada tormenta posterior aumentó la posibilidad de una nueva fractura. En los informes internos de INAPA, las alertas de “pérdidas estructurales” se acumularon sin respuesta presupuestaria, víctimas de la lógica del parche.

Las cisternas privadas comenzaron a incrementarse en menos de un lustro, marcando la privatización silenciosa del acceso. Empresarios y políticos locales vieron una oportunidad de negocio donde la institución veía un problema y comenzaron a importar camiones de segunda mano desde Miami; los rotularon con nombres sonoros —“Aguas del Noroeste”, “H2O Urgente”— y los estacionaron frente a los colmados. Cada viaje, pagado en efectivo, burlaba la tarifa oficial y consolidaba una economía gris que premiaba la escasez. La frontera entre lo público y lo privado se disolvió: el mismo líquido que debía llegar por tubería pasó a venderse con margen de ganancia, reforzando la sensación de abandono estatal.

El costo social se disparó: una familia podía gastar hasta RD$ 1 200 mensuales en agua comprada —más que la tarifa eléctrica—, consolidando la paradoja de pagar dos veces por un servicio esencial. Ese desembolso equivalía, para muchos hogares, al presupuesto de alimentos de una semana o al material escolar de todo un semestre. Las mujeres empezaron a priorizar el agua para cocinar sobre la higiene personal; los niños se ausentaban de la escuela los días de reparto porque debían ayudar a cargar cubetas. Así, la década trajo algo más que tuberías rotas: consagró la desigualdad líquida, una brecha que todavía hoy divide a Manzanillo entre quienes pueden comprar agua y quienes sobreviven con lo que el cielo o la suerte les concede.

Tanques que revientan y válvulas que estrangulan: la era de las raciones desde Dajabón

El ramal que alimenta a Manzanillo se controla desde la oficina de INAPA en Dajabón; allí se decide cuánto caudal entra en la derivación. Con su propia ciudad en crecimiento, los operadores priorizan “aguas arriba” y abren la llave hacia Manzanillo solo cuando la presión lo permite. La comunidad lo llama “estrangulamiento técnico”: un día de agua, seis de espera.

Ese poder de grifo —monopolizado por la oficina provincial de INAPA— se ejerce físicamente en Copey, donde una simple palanca determina si el agua viaja nueve kilómetros más hasta la bahía o continúa completa a irrigar avenidas recién asfaltadas en Dajabón. El resultado es un apartheid hidráulico: la provincia con dos sistemas de abastecimiento regula el flujo del único ramal que llega a un municipio fronterizo sin fuentes propias. Cada vez que falta presión, la orden es cerrar la derivación; nunca al revés.

Las actas de reunión de la Mesa de Agua 2014 revelan que Dajabón dispone de dos fuentes alternativas y aun así recibe el doble de caudal per cápita que Manzanillo. Ningún memorando explica la priorización; es, sencillamente, poder hidráulico. En los correos internos —filtrados durante la crisis de 2021— se lee la frase “primero asegurar la cabecera”; la cabecera, claro, es la ciudad donde están los despachos, no la comunidad costera que soporta el turismo industrial sin duchas.

El desequilibrio se palpa en el paisaje: mientras los jardines de hoteles en Dajabón muestran césped raso y aspersores girando al atardecer, los patios de Manzanillo se llenan de bidones azules alineados como soldados sedientos. La ecuación es grotesca: una válvula cerrada en Copey significa que un niño no podrá lavarse las manos en la escuela, pero permitirá que en hoteles, casas de potentados, luzcan verdes para el visitante que nunca sabrá de la sequía ajena.

El esquema perpetúa desigualdades: mientras hoteles de Dajabón presumen riego ornamental, escolares de Manzanillo cargan cubos antes del amanecer para poder lavarse las manos en la escuela. La paradoja se agrava con cada excusa técnica: si la presión baja, se pide paciencia; si la bomba falla, se culpa al presupuesto. Lo que nadie admite es que la sed de Manzanillo nace, sobre todo, de una decisión política diaria: girar la manivela en Copey hacia un lado u otro.

Explosión de acero y quince días de sequía total

El 15 de septiembre de 2016, el fondo de uno de los dos viejos tanques superficiales —uno reparado sin recubrimiento epóxico— cedió como una lata de refresco: mil metros cúbicos salieron en cascada, arrastrando tierra y dejando al pueblo sin reserva. Quince días seguidos de camiones cisterna pagados por el Estado mostraron lo cerca que estaba la línea entre precariedad y desastre. Las imágenes de la torrentera oxidada corriendo por las calles dieron la vuelta a Manzanillo: una comunidad costera rodeada de agua salada, pero sedienta de agua dulce, contemplaba incrédula cómo su única reserva se vaciaba en cuestión de minutos.

La onda de choque fue más social que hidráulica. Vecinos que nunca se habían organizado para protestar cortaron la carretera que conduce a Monte Cristi y Dajabón con troncos y neumáticos; exigían respuestas, no promesas. Las escuelas cerraron por falta de higiene, los comercios redujeron horarios y la policía tuvo que escoltar los camiones cisterna para evitar altercados en los puntos de reparto. De noche, los barrios altos olían a plástico quemado de las fogatas con las que las familias hervían el agua recogida durante el día.

La emergencia movió promesas rápidas: INAPA anunció un plan de contingencia que incluía tanques portátiles y recubrimiento interno; solo llegaron dos camiones flexibles que nunca se usaron por falta de soportes. Los funcionarios se hicieron la foto con los depósitos todavía empaquetados en celofán industrial; al día siguiente, la improvisada carpa de prensa se desmanteló y los tanques quedaron apilados detrás del destacamento militar, oxidados sin estrenar al cabo de seis meses. Era la versión criolla del “para la foto” que tanto indigna a los manzanilleros: un anuncio ruidoso, una ejecución muda.

El episodio demostró también la ausencia de planes de riesgo: ni alarma comunitaria ni protocolo sanitario; muchas familias almacenaron agua sin clorar y se registraron una gran cantidad de casos de diarrea aguda en la semana siguiente, según el área de salud. El hospital, ya de por sí maltrecho, improvisó una unidad de hidratación oral con toldos donados por la Defensa Civil. Mientras tanto, los precios del botellón se duplicaron y las farmacias agotaron las sales de rehidratación, un lujo en un municipio donde el ingreso promedio apenas rebasa los RD$ 9 000 mensuales.

La crisis dejó expuesta la arista más dolorosa del abandono: la falta absoluta de rendición de cuentas. Nadie explicó por qué el tanque se había reparado sin epoxi; nadie presentó un cronograma de reconstrucción; nadie indemnizó a las familias que perdieron electrodomésticos bajo la oleada de óxido. Varios años después de aquel fatídico hecho, la comunidad aún espera un informe técnico que detalle responsabilidades y garantías. Sin ese mínimo gesto de transparencia, el cilindro que estalló en 2016 seguirá recordando que la frontera entre servicio público y desastre está a una soldadura mal hecha de distancia.

El megatanque varado: millones enterrados y cero metros cúbicos entregados

INAPA respondió firmando en 2017 un contrato de RD$ 34.7 millones para rehabilitar un depósito metálico nuevo de 1 000 m³. Las planchas y la soldadura se terminaron en 2018; las adendas elevaron el costo a RD$ 43.6 millones en 2023; la obra figura “concluida” en los informes oficiales. Sin embargo, continúa fuera de servicio: falta energizar las bombas de carga, instalar la telemetría y hacer la prueba API 653. La válvula de entrada permanece sellada; el pueblo ve un cilindro gigante oxidarse a la intemperie mientras siguen llenando cubetas.

El proyecto se concibió con un objetivo simple y urgente: garantizar 24 horas de reserva para estabilizar la presión nocturna y reducir un 30 % las pérdidas por rebose. Las especificaciones hablaban de un tanque cilíndrico de chapa ASTM A36, techo cónico autoportado, recubrimiento epóxico de tres capas, escalera exterior, pasarela de inspección, macromedidor magnético y sensores de nivel ultrasónicos enlazados por GPRS al centro de control regional. Dos bombas de 37 kW debían impulsar el agua desde la derivación principal y llenar el depósito en seis horas, cubriendo picos de demanda industrial.

La ecuación financiera parecía robusta: con un costo final de RD$ 43.6 millones y una vida útil proyectada de 30 años, el tanque debía amortizarse en ocho mediante ahorros en alquiler de cisternas y reducción de fugas. Hoy ocurre lo contrario: cada mes sin puesta en marcha cuesta al Ayuntamiento unos RD$ 350 000 en camiones de agua, cifra que ya supera el 20 % del valor del proyecto. Esa sangría contradice cualquier criterio de eficiencia presupuestaria y revela un problema menos técnico que político.

¿Por qué el cilindro sigue seco? Los informes internos señalan cuatro cuellos de botella: (1) la línea de media tensión que debe alimentar las bombas espera un acuerdo con EDENORTE desde 2022; (2) la licitación para la telemetría quedó desierta porque los pliegos exigían un fabricante único; (3) la prueba API 653 se ha pospuesto tres veces por “indisponibilidad de inspector certificado”; y (4) la recepción definitiva depende de un seguro de obra que expiró en 2020 y nadie ha renovado. Todas son gestiones administrativas cuyo costo se estima en menos del 2 % del presupuesto original, según un estudio del Colegio Dominicano de Ingenieros.

El calendario oficial promete arrancar el sistema “antes de que termine 2025”, pero el escepticismo reina en la bahía: ya van siete plazos incumplidos. Cada día que pasa, la corrosión avanza un milímetro más y la confianza de la comunidad retrocede un kilómetro. El megatanque debía ser el símbolo de un nuevo ciclo hídrico; se ha convertido en un monumento al inmovilismo, recordando que el agua no solo puede perderse por fugas, sino también por la inercia de quienes deben abrir la llave.
Una demanda que se dispara y una oferta que se achica

Tres proyectos concentran obreros y técnicos en la bahía: la ampliación del puerto, dos centrales de generación a gas y un parque logístico. El alquiler de habitaciones creció 22 % entre 2021 y 2024; el censo preliminar de 2022 registra 6 046 residentes, pero los fines de semana la población flotante supera los 9 000. Cada turno de construcción requiere duchas, comedores y lavanderías que el sistema actual no puede abastecer.

Los estudios de impacto de las nuevas plantas energéticas prevén picos de 1 500 m³/día adicionales durante pruebas; hoy la red apenas entrega 600 m³/día en promedio. La brecha energética-hídrica amenaza con retrasar cronogramas millonarios.

La ecuación es sencilla: sin tanque regulador, la línea ALINO no puede sostener simultáneamente la demanda doméstica y la industrial; la expansión económica podría naufragar en un grifo seco.

Las alarmas, sin embargo, no figuran en ninguna agenda pública. El Plan Maestro Manzanillo 2022 advierte que la demanda crecerá otro 40 % antes de 2027, pero el cronograma de obras hidráulicas sigue en “fase de estudio”. Los inversionistas extranjeros firman contratos de suministro eléctrico que dependen de agua para refrigeración, ignorando que cada metro cúbico extra se le resta a una comunidad que ya paga dos veces por un servicio que nunca llega con la presión prometida. Un polo de desarrollo que no resuelve su sed termina atrayendo capitales de paso y expulsando residentes permanentes: la paradoja de crecer sin agua amenaza con convertir a Manzanillo en la terminal seca de un puerto húmedo.
La paradoja de planificar desarrollo sin agua

El Plan de Desarrollo Municipal 2020–2024 identifica el agua potable como el primer tema crítico de una lista de 32 planteados y exige la construcción de un acueducto independiente para Pepillo Salcedo. Ese diagnóstico, avalado por talleres participativos en los que confluyeron juntas de vecinos, pescadores, clubes, agricultores, obreros organizados, iglesias y empresarios de la bahía, concluye que la carencia hídrica limita la salud pública, la inversión industrial y la retención de mano de obra calificada. En su capítulo de riesgos, el documento advierte que cualquier megaproyecto portuario “carecerá de sostenibilidad social” si no garantiza abastecimiento continuo antes de entrar en operación.

Con la misma lógica, el Consejo de Desarrollo del Municipio de Pepillo Salcedo elaboró una Agenda de Temas Críticos en la que la problemática del agua se mantiene, desde 2019, entre los cinco primeros puntos —por encima de desempleo y vivienda— y la define como “cuello de botella” para la expansión portuaria, energética y turística. Esa agenda fue presentada en julio de 2021 al presidente de la República: la comisión local suplicó “agua antes para atraer barcos”, subrayando que los proyectos anunciados duplicarían la demanda hídrica en menos de cinco años.

La paradoja se hizo visible cuando, cuatro años después, los barcos llegan con maquinaria para megaproyectos mientras los residentes almacenan agua en tanques de 55 galones. La Estrategia Nacional de Competitividad celebra la creación de un “hub logístico” en Manzanillo, pero el servicio domiciliario funciona dos veces por semana. Invertir en muelles sin invertir en tubería equivale a construir rascacielos sin escaleras: el discurso de modernidad descansa sobre un subsuelo seco y agrietado.

El contraste erosiona la confianza ciudadana. Cada inauguración oficial se brinda con botellas importadas porque la jarra local no es potable; las fotografías de ministros chocan con la imagen cotidiana de mujeres y niños cargando cubetas. La población percibe un divorcio entre planificación estratégica y realidad hídrica: se instalan grúas pórtico de última generación en el puerto mientras las escuelas del barrio La Playa carecen de agua para los lavamanos.

Tres años después de aquella reunión en Palacio, el agua no ha ingresado en la lista de partidas ejecutadas del presupuesto nacional. El Consejo de Desarrollo del Municipio, con su agenda de temas críticos, ha recordado al Gobierno que, sin un acueducto confiable, el “hub logístico” corre el riesgo de convertirse en un espejismo industrial sostenido por cisternas alquiladas. Manzanillo sigue esperando que la prioridad prometida se traduzca en tubería soldada, válvulas abiertas y un flujo continuo que, ahora sí, permita brindar con agua local al pie del futuro muelle de contenedores.

Manzanillo clama por agua: el megatanque olvidado que podría cambiarlo todo

En Manzanillo, norte fronterizo de la República Dominicana, la sed se ha convertido en rutina. Ducharse con cubetas, almacenar en tinacos y madrugar por una gota se ha vuelto cotidiano en un pueblo que, paradójicamente, alberga el proyecto portuario más ambicioso del Caribe. La comunidad no pide milagros, sino voluntad: que se energice de inmediato el megatanque de almacenamiento de agua potable construido hace más de cinco años y aún sin funcionar.

El técnico hidráulico Humberto Liriano, conocedor de primera mano del sistema, ha lanzado una voz de alerta que no puede seguir siendo ignorada. “La situación de escasez que vive Manzanillo no es nueva. Es un problema arrastrado por años y causado, en gran parte, por la falta de voluntad política. Aquí tenemos dos tanques de almacenamiento, uno de ellos con más del 90 % de su construcción completada, equipado con todas las tuberías necesarias. Pero sigue fuera de operación por una sencilla razón: la tapa metálica del tanque está oxidada y contamina el agua”, explica Liriano, quien asegura que podría ponerlo a funcionar en apenas cuatro horas si se sustituyera esa pieza crítica.

Los datos hablan por sí solos. Los 275 000 galones actuales no satisfacen las necesidades mínimas de la población. Con el aumento demográfico acelerado, impulsado por la llegada de nuevas industrias, plantas eléctricas y la expansión portuaria, la demanda ha crecido más de un 100 %. Y sin agua no hay desarrollo posible. “Promover turismo, industria y empleo sobre tierra seca es alimentar una ficción”, sentencia Liriano.

En ese contexto, la comunidad exige al director ejecutivo de INAPA y al presidente de la República cuatro medidas concretas y urgentes:Puesta en marcha inmediata del sistema construido: energizar las bombas, abrir las válvulas selladas, activar la telemetría y poner en funcionamiento los 1 000 metros cúbicos del megatanque durante el tercer trimestre del año.

Acuerdo formal de caudal asignado: quitar a Dajabón el control unilateral del ramal de distribución y garantizar a Manzanillo un volumen proporcional a su crecimiento proyectado.

Un nuevo modelo de gobernanza hídrica: implementación de una red dividida en zonas hidráulicas con horarios públicos, supervisión vecinal diaria, publicación de datos abiertos sobre presión y caudal, y capacitación técnica continua para el personal local de INAPA.

Cambio urgente de la tapa metálica del tanque elevado, actualmente oxidada y responsable de la contaminación del agua, lo que impide su operación. Esta intervención permitiría habilitar el sistema completo en cuestión de horas.

Además, se solicita la habilitación de una línea de quejas técnico-operativa 24/7 y la publicación mensual de un informe de incidencias resueltas, con monitoreo ciudadano. Solo así se evitará que el agua de los hogares termine compitiendo con las tuberías industriales del puerto, las plantas de gas o el parque logístico. Ese circuito de retroalimentación —supervisado por la sociedad civil— garantizará que cada fuga o válvula cerrada tenga solución inmediata y verificable.

“Lo que falta no es infraestructura, sino decisión”, concluye Humberto Liriano. Mientras tanto, la comunidad sigue esperando que alguien, desde lo más alto del poder, abra por fin la llave del futuro.

 

Por Oscar López Reyes
Diario Azua / 20 abril 2025.-

Con sobrada frecuencia, familiares de figuras públicas fallecidas, o ciudadanos comunes expirados en accidentes, imposibilitan que periodistas cubran las incidencias de velatorios, ignorando que la Constitución estipula, en su artículo 49, que “todos los medios de información tienen libre acceso a las fuentes noticiosas oficiales y privadas de interés público”, y cuyo formato sea prensa, audiovisuales o digitales. En este leitmotiv se entrecruzan las fachas éticas y jurídicas concernientes a los derechos a la información y a la preservación de la imagen y a la privacidad.

El que descuella, alcanza notoriedad e incidencia en la opinión pública, mengua su vida privada. Ya su imagen se ha incrustado en el cerebro de sus conciudadanos. Pertenece a la sociedad, que se empeña en descifrar su procedencia y actuación, como los políticos, funcionarios estatales, empresarios, artistas, peloteros, periodistas y presentadores, líderes religiosos, comunitarios, gremiales, y otros. Si físicamente se ausentan, sus seguidores y opositores quieren saber quién, qué, cuándo, cómo, dónde y por qué. Ese es un derecho primario, superior que el individual, por su cariz de atención o curiosidad colectiva.

Por igual, tocan las entrañas comunitarias y abren el pecho si un niño cae al suelo desde un cuarto o quinto piso, un grupo de ciudadanos parece en un accidente de tránsito, un desconocido es acribillado a balazos o se suicida, a una dama se le incendia su vivienda o un caballero desaparece misteriosamente. La gente quiere conocer sus nombres, características y resultados finales de esos acontecimientos, y corresponde a los periodistas buscarlos y explicarlos, con ilustraciones e imágenes que grafican el hecho y refuercen el relato temático, en esta protagónica época de la cultura visual.

Para tomar retratos y otros íconos de esos aconteceres, el periodista no necesita pedirle permiso absolutamente a nadie, como ha ocurrido con vigilantes y agentes militares que les impiden tomar fotografías y grabar imágenes a frontispicios de compañías e instituciones estatales, porque no cuentan con la autorización de sus propietarios e incumbentes. ¡Válgame Dios!, ¡cuántos excesos de celos y sensibilidad extraviada!

Si un periodista asiste a la funeraria donde está expuesto el cadáver de un artista, deportista, político y otra persona famosa, por qué parientes no permiten que tenga acceso a la sala del sepelio. Ha sido tradición que cuando los restos están en malas condiciones, los ataúdes no se destapan, aunque está a la vista de los presentes. Además de la parte exterior del féretro, se pueden grabar a los asistentes en la sala y los pasillos, así como la fachada exterior de la casa del velatorio.

Son cuestionables, porque esparcen el terror, abaten los sentimientos más nobles y perturban mentalmente la difusión de fotografías y videos de escenas sangrientas y crudas, sin editar para la depuración, como cuerpos descabezados y mutilados, cabezas aplastadas en derrumbes, esferas íntimas de la anatomía humana, inodoros con desechos flotantes, accidentes de tránsito, explosiones, ejecuciones, ataques terroristas, ahorcamiento, suicidios y otros episodios desagradables, esparce el terror, abate los sentimientos más nobles y perturba mentalmente.

Censuras. El artículo 44 del Código de Ética del Periodista Dominicana estipula que “El periodista se comprometerá a no difundir como noticia ningún texto comercial sin su correspondiente identificación, ni a usar imágenes de personas que las conviertan en productos mercantiles”, como la morbosidad. En tanto que el artículo 13 especifica que “el periodista contribuirá a salvaguardar la salud mental y moral colectiva, desechando la pornografía, la vulgaridad, la violencia y otros actos sensacionalistas y degradantes en los medios de comunicación”.

Estas exageraciones del valor de la noticia presentada con palabras e imágenes, cargadas de sensacionalismo amarillista, busca generar views para la extorsión y el mercurialismo. La crónica roja bate récord en la era de las redes sociales o exceso democrático de la información.

En las escuelas de comunicación a los alumnos enseñamos, en la asignatura fotoperiodismo, la buena combinación de los planos, ángulos, luces y colores, para el respeto a la información, a la dignidad de los difuntos y sus familiares, y cómo sacar el más sano provecho a la tecnoética, la inmediatez y la primicia, y por cuya razón los medios tradicionales y los portales conducidos por graduados universitarios no manipulan las imágenes fotográficas ni videográficas.

La desaprobación en el reproche: La ley 192-19 sobre protección de la imagen, honor e intimidad familiar vinculados a personas fallecidas y accidentadas, promulgada el 21 de junio de 2019. En su artículo 14 expresa que “Se considerarán intromisiones los siguientes supuestos: La captación, reproducción o publicación por fotografía, filme o cualquier otro procedimiento de la imagen de una persona fallecida, tales como fotos de cadáver desnudo o en ropa interior, entre otros, en medios de comunicación, medios digitales, redes sociales o cualquier otro mecanismo de divulgación”, y “la utilización de la imagen del fallecido o su persona en caricaturas que sean publicadas en prensa escrita o hablada”.

Por la razón indicada, la citada disposición legal faculta, en su artículo 14, a incoar una demanda civil en daños y perjuicios por ante un Tribunal de Primera Instancia, mientras que en el tema concernido también es aplicable la Ley 24-7 sobre violencia infrafamiliar, que sanciona la acción con una pena de seis meses de prisión y una indemnización monetaria.

Correcaminos, encargados de digitales, influencers, youtubers, tiktokers, imberbes y vocingleros sin formación ni acreditación universitaria en comunicación social vulneran, día tras día, las leyes mencionadas. Y extraña que a ninguno de ellos se les apliquen los códigos éticos ni las leyes ante tantas imprudencias, abusos y malicias. ¿Cobardía de los afectados o las autoridades judiciales?


Diario Azua
Santo Domingo, D. N., Rep. Dom. / 20 abril 2025.-

La Novena Sala Penal del Juzgado de Primera Instancia del Distrito Nacional condenó a un año de prisión y al pago de una multa equivalente a cincuenta salarios mínimos a Dahiri Miguel Espinosa Guerra, exdirector de Tecnología de la Información de la Dirección General de Ética e Integridad Gubernamental (Digeig), por la borradura masiva de datos sensibles pertenecientes a esa entidad estatal.

Espinosa Guerra fue hallado culpable de dañar o alterar datos informáticos en su condición de empleado público, violando el artículo 10 y su párrafo de la Ley 53-07 sobre Crímenes y Delitos de Alta Tecnología.

La sentencia se produce tras una formal acusación presentada por el Ministerio Público, a través de la Procuraduría Especializada contra Crímenes y Delitos de Alta Tecnología (Pedatec), encabezada en ese momento por el actual procurador adjunto Iván Féliz Vargas.

Durante el juicio, el fiscal litigante Merlin Mateo Sánchez logró probar que el acusado borró de manera deliberada 377,969 registros de la institución después del 5 de julio de 2020, fecha de las elecciones nacionales.

Entre las informaciones eliminadas se encontraban archivos clave como:

-SAIP, plataforma de denuncias y acceso a la información pública;

-SYSPLAN, sistema para la planificación estratégica institucional;

-Carpeta IPAC, vinculada a una iniciativa participativa anticorrupción promovida por la ONU.

El tribunal dispuso que Espinosa Guerra cumpla su condena en el Centro de Corrección y Rehabilitación Najayo Hombres, con lo cual se marca un precedente importante en la lucha contra los delitos tecnológicos en el ámbito de la gestión estatal.


 

Uno de los acusados fue extraditado desde Colombia

Diario Azua
Santo Domingo, D. N., Rep. Dom. / 20 abril 2025.-

A petición del Ministerio Público un tribunal envió a juicio a dos hombres que estafaron a 113 personas con más de 2 millones de dólares.

Juan Diego Toribio Mejía y Samil José Abad de la Rosa enfrentan cargos por delitos de estafa, asociación de malhechores y lavado de activos.

Según el expediente del órgano acusador, los procesados lograron que las víctimas les entregaran la cantidad de dos millones cuatrocientos noventa y tres mil novecientos treinta y tres dólares (US$2,493,933.00) y siete millones doscientos cincuenta mil quinientos pesos (RD$7,250,500.00).

El Tercer Juzgado de la Instrucción del Distrito Nacional dictó el auto de apertura a juicio contra Toribio Mejía y Abad de la Rosa, este último extraditado el pasado mes de enero desde Colombia a raíz de una solicitud de cooperación judicial internacional presentada por la fiscal Elizabeth Tucent Hiraldo.

El juez Amaury Martínez adoptó la decisión en la audiencia preliminar del caso, tras acoger la acusación del Ministerio Público, representado por las fiscales Elizabeth Tucent Hiraldo y Margaret Cabrera Morillo.

El juez acogió los elementos probatorios aportados por el órgano acusador, el cual aseguró que demostrará en el juicio que ambos se asociaron para cometer estafa contra particulares, realizada a través del empleo de medios electrónicos, informáticos, telemáticos o de telecomunicaciones, así como lavado de activos provenientes de los delitos precedentes.

Los acusados conformaron una estructura que, a través de las sociedades comerciales HDLS Digital Kingdom Investment Group, S.R.L. y la Cooperativa de Ahorros, Crédito y Servicios Múltiples Digital Dominicana (Digicoop), realizaron todo el entramado criminal, en perjuicio de las víctimas.

Estos captaban fondos de particulares a través de la razón social HDLS Digital Kingdom Investment Group, S.R.L., a quienes prometían una tasa de interés mayor a la del mercado, bajo contratos de inversión, prometiendo el retorno de capital; sin embargo, luego los coaccionaban a dar apertura a cuentas en la Cooperativa de Ahorros, Crédito y Servicios Múltiples Digital Dominicana (Digicoop), estableciéndola como condición para mantener las inversiones.

Juan Diego Toribio Mejía es acusado de violar las disposiciones contenidas en los artículos 265, 266, 405 y 408 del Código Penal Dominicano, así como los tipos penales previstos y sancionados en los artículos 4 y 15 de la Ley No. 53-07, sobre Crímenes y Delitos de Alta Tecnología, y el artículo 68 de la Ley No. 127-64, sobre Cooperativismo en la República Dominicana. También, se le atribuye la violación de los artículos 3, numeral 3, y 9, numeral 2, de la Ley No. 155-17, contra el Lavado de Activos y el financiamiento del Terrorismo.

En tanto que, el acusado Samil José Abad de la Rosa es señalado de violar lo dispuesto en los artículos 265, 266 y 405 del Código Penal Dominicano y los artículos 4 y 15 de la Ley No. 53-07, sobre Crímenes y Delitos de Alta Tecnología.

Ambos acusados se encuentran guardando prisión en el Centro de Corrección y Rehabilitación (CCR) Najayo Hombres, en la provincia de San Cristóbal.


 

Por Alfredo Cruz Polanco 
Diario Azua / 20 abril 2025.-

El señor Presidente de la República, Luis Abinader Corona, en sus discursos de campaña prometió que en un gobierno
suyo, en el país no iba a quedar un solo inmigrante indocumentado haitiano, porque iba a aplicar con rigor la ley de Migración, la cual no se estaba aplicando.

Durante la gestión pasada y en la actual, se han realizado operativos a través de la Dirección General de Migración (DGM) para la deportación de indocumentados haitianos. Sin embargo, hay lugares que parecen protegidos e intocables para dicha dirección.

¿Cómo es posible que el actual Director de dicha institución, el vicealmirante Luis Rafael Lee Ballester no tuviera conocimientos de la gran cantidad de indocumentados que habitaban los lugares denominados "Hoyo de Friusa y Mata Mosquitos", para realizar un operativo de deportación?

Hubo que realizar una marcha y una protesta popular en contra de lo que allí estaba ocurriendo para que se actuara en consecuencia. Las mismas fueron impedidas de llegar hasta ese último lugar con bombas lacrimógenas, lo que demuestra que ahí se estaban ocultando y protegiendo acciones delincuenciales.

El gobierno se puso como meta la deportación de unos 10 mil indocumentados semanales, lo que resulta casi imposible, pues el Estado no cuenta con la suficiente logística para estos fines.

A los que realmente se lograban deportar del país, por un lado salían y por el otro ingresaban como perro por su casa, fruto de la corrupción imperante en los diferentes puntos fronterizos, a pesar de la tan cacareada parafernalia de los miles de soldados colocados en la frontera, de la utilización de armamentos sofisticados, equipos tecnológicos, drones, aviones, helicópteros, carros y camiones blindados, tanques y los puntos de chequeos, anunciada por el gobierno.

Recientemente, en una de las últimas ruedas de prensa semanales, el Presidente Abinader anunció unas 15 medidas para frenar la inmigración ilegal de haitianos, algunas de las cuales se han venido aplicando desde hace un tiempo, sin ningún resultado positivo.

Entre esas medidas, se citan: el aumento de 1,500 soldados en la frontera, la construcción de 13 kilómetros más del muro fronterizo; el cobro a las parturientas haitianas en las diferentes maternidades, la exigencia de los documentos de identificación y su domicilio; el control y el sometimiento a la justicia de los propietarios de viviendas rentadas a nacionales haitianos indocumentados.

Las mismas se prestan para actos de corrupción y para operaciones dolosas. Los ayuntamientos están obligados a colaborar con su cumplimiento y control, a través de la realización de un censo poblacional.

También está lo de la dominicanización del trabajo. Sobre esta medida, el Presidente Abinader propone un aumento salarial de 25 % en las zonas francas y un 30 % en turismo a los trabajadores. Algunas de esas medidas, en la práctica han sido rechazadas hasta por algunos de sus ministros. El propio ministro de Agricultura, el señor Limber Cruz expresó hace unos meses que sin la mano de obra haitiana no habrá agricultura en el país.

En estos momentos, las diferentes labores: agrícolas, de construcción, domésticas y últimamente, las hoteleras, están siendo realizadas por la mano de obra haitiana indocumentada. La muestra de ello es la gran cantidad de nacionales haitianos indocumentados que deambulan por las calles de las provincias y municipios del país.

Lamentablemente, la propia Policía Nacional está contribuyendo con la inmigración ilegal de haitianos, pues muchos de sus miembros apresan a los indocumentados, sin corresponderles esta labor, para exigirles luego una suma de dinero para ponerlos en libertad.

Señor Presidente. La verdadera dominicanización del trabajo solo se logrará si se aplica el Artículo 135 del Código Laboral, que exige la aplicación del 80-20 , es decir, que por cada 100 trabajadores en una empresa, 80 por lo menos, deben ser domimicanos y el fmrestante 20, extranjeros. De lo contrario sería hacer más de lo mismo.

El autor es Contador Público Autorizado
Máster en Relaciones Internacionales

Ex diputado al Congreso Nacional y
Miembro de la Cámara de Cuentas de la República 2010-2016





Para el próximo miércoles, 23 de abril, el PLD programó la reunión correspondiente al mes en curso de su Comité Político

Diario Azua
Santo Domingo, D. N., Rep. Dom. / 20 abril 2025.-

El Partido de la Liberación Dominicana (PLD) retomará sus actividades partidarias desde este lunes 21 abril, luego de la pausa con motivo de la Semana Santa, en la que se mantuvo orientando a sus miembros y militantes utilizando sus canales sociales.

Al reiniciar sus actividades se restablece el trabajo en las diferentes oficinas de su sede nacional en donde operan sus órganos de trabajo, así como en los locales municipales, de distritos municipales, circunscripciones electorales y provinciales.

En agenda el Partido de la Liberación Dominicana tiene la implementación de su nueva línea Organizativa y Electoral, que vincula los organismos territoriales a los recintos y colegios electorales, que ha motivado reuniones y encuentros provinciales y nacionales.

Por igual desde la Secretaría de Formación Política se dará continuidad a la presentación del programa formativo en política aprobado en el X Congreso Ordinario Reinaldo Pared Pérez.

Desde el mismo lunes 21 de abril se programaron reuniones y asambleas para ir ejecutando los planes de trabajo aprobados por los secretariados que operan en el PLD.

Para el miércoles 23 de abril está pautada la reunión del Comité Político correspondiente al mes en curso en la que se espera se dé continuidad a las conclusiones del encuentro de marzo último en la que se designó la Comisión de Arbitraje y Unidad.

En rueda de prensa esta comisión compuesta por Lidio Cadet, su coordinador, Alejandrina Germán y Melanio Paredes, informó que rendirán un informe al Comité Político para determinar la ruta a seguir con miras a participar exitosamente en las elecciones de 2028 a fin de devolverle al pueblo dominicano la esperanza en un país de bienestar y progreso.

La reunión del Comité Político del PLD está pautada para realizarse en la Casa Nacional Reinaldo Pared Pérez a partir de las 10:0 de la mañana del miércoles 23 de abril, tal y como se escribió en la convocatoria a sus miembros

Por Dr. José Emilio de Jesús
Diario Azua / 20 abril 2025.-

En la aurora de un nuevo Domingo de Resurrección, la humanidad entera es invitada, una vez más, a mirar con esperanza hacia la luz que emerge del sepulcro vacío. No se trata solo de la conmemoración de un hecho religioso, sino de una profunda llamada espiritual y ética a la transformación interior, al renacer del alma y al reencuentro con aquello que verdaderamente nos humaniza.

Vivimos tiempos convulsos, marcados por la incertidumbre, la desinformación, la violencia y el individualismo. En este contexto, el mensaje de la resurrección no puede quedarse encerrado entre los muros de los templos, sino que debe cobrar vida en cada gesto, en cada decisión, en cada compromiso con el bien común. La resurrección es, ante todo, una invitación a volver a los principios esenciales que dan sentido a nuestra existencia: la verdad, la justicia, la solidaridad, el respeto y el amor.

Hoy más que nunca necesitamos resucitar valores que parecen dormidos, olvidados o incluso desprestigiados. Resucitar la empatía en un mundo que corre sin detenerse a mirar al otro. Resucitar la integridad en medio de estructuras que premian el egoísmo y la corrupción. Resucitar la compasión en sociedades que se han vuelto insensibles al dolor ajeno. Resucitar la esperanza cuando todo parece estar perdido.

La Resurrección nos recuerda que el cambio es posible, que aun después de los días más oscuros, la luz puede abrirse paso. Pero ese cambio no vendrá por sí solo. Es una construcción diaria, silenciosa y a veces dolorosa, que comienza en el corazón de cada ser humano dispuesto a vivir con autenticidad, con humildad y con amor.

Que este Domingo de Resurrección no sea una simple celebración litúrgica, sino un punto de inflexión para resaltar lo mejor de nuestra condición humana. Que resuciten en nosotros la bondad, el compromiso, la capacidad de perdonar, de construir puentes, de sembrar paz.

Porque solo si nos atrevemos a vivir como resucitados, con valores renovados y principios firmes, podremos ser luz en un mundo cambiante y contribuir a una humanidad más justa, más solidaria y más fraterna.
Eligio Antonio Blanco Peña (EPD) Foto de autor no registrado.

Será velado el lunes de 9 de la mañana a 3 de la tarde en Jardín Memorial, de la avenida 27 de febrero esquina avenida José Núñez de Cáceres, de Santo Domingo.

Por José Rafael Sosa / Diario Azua
Santo Domingo, D. N., Rep. Dom. / 20 abril 2025.-

Con la partida de este mundo de Eligio Antonio Blanco Pena (El Pai), concluye una extendida relación de lucha revolucionaria y social que incluyó su papel como antitrujillista, combatiente constitucionalista y defensor de los campesinos. El Pai expiró a consecuencia de condiciones de salud, producto de su edad.

Su velatorio será realizado el lunes en Funeraria del Jardín Memorial de la Avenida 27 de Febrero con Avenida Núñez de Cáceres, de nueve de la mañana a tres de la tarde. Una parte de sus hijos está viajando desde el exterior para acudir a las exequias.

Blanco Peña, nació el 21 de noviembre de 1931, en Moca, provincia Espaillat, hijo de Andrés Avelino Blanco y de la señora Teolinda Peña de Blanco. Desde muy temprano en la vida, se sintió tocado por la crueldad de la dictadura trujillista, porque se integró a planes subversivos, por lo cual fue detenido, torturado y reprimido de muchas formas;

Fue hecho preso en 1959, a los 19 años, y fue llevado a la cárcel de La Victoria. Luego del derrocamiento de la dictadura, volvió a su hogar y las luchas sociales para, en 1965, participar en la Revolución de Abril, siendo apresado en San Francisco de Macorís, a donde fue enviado por su partido 14 de junio a intentar extender la revuelta constitucionalista, intento que fracasó. Era dirigente del 14 de Junio desde la época trujillista.
En el extremo derecho, el comandante de Abril Eligio Antonio Blanco Peña, en un tribunal del Palacio de Justicia de Ciudad Nueva, acusado de conspirar contra el gobierno del dictador Joaquín Balaguer. Con lentes y bigote, Chino Bujosa, Román y Lourdes González, estudiante de la UASD. (Foto: Archivo José y Sagrada Bujosa Mieses)

Blanco Peña era parte de un grupo con el objetivo de tomar el cuartel policial de San Francisco de Macorís y la Fortaleza del Ejército, a fin de extender la revuelta constitucionalista a determinadas provincias principales.’

Fueron sus compañeros de lucha en esa jornada, entre otros: Virgilio Perdomo, Franklin Rancier, Marcelo de la Cruz, Eligio Antonio Blanco Peña, Luis Sostenes Peña Jaquez, Rodrigo Lozada, Gilberto Domínguez, Luis Parris, Prandy (La Chuta), Arnulfo Reyes, Titico Cerón, Ulises Cerón, Sagrada Bujosa, Ivelisse Acevedo, Cristinita Díaz. Más dos hombres rana designados por el jefe del Ejército Constitucionalista, Juan María Lora Fernández.

Durante la revuelta constitucionalista, fue comandante de un comando desde el cual trazó una trayectoria de firme lucha primero contra los efectivos del Gobierno de Reconstrucción Nacional que tenía sede en la Base Aérea de San Isidro, y luego contra las tropas norteamericanas, cuando adquirió perfil de Guerra Patriótica.

Posteriormente, durante el primer gobierno del doctor Joaquín Balaguer, iniciado en 1966, volvió a ser apresado, por sus actividades revolucionarias, regresó a la penitenciaria de La Victoria.

Durante su estancia en prisión, se transformó en un símbolo de la resistencia de izquierda y un patriarca de los presos políticos, mediando en conflictos entre las autoridades y los presos políticos, solicitando atenciones para los presos comunes y orientando a familiares y visitantes de los reclusos por razones políticas, lo cual hacía con una eternamente calmada voz. Su nombre era sinónimo de respeto aun cuando no se comulgara con sus ideas revolucionarias, gracias a la coherencia y respeto con que se desenvolvía con las demás personas,

En La Victoria, desarrolló su capacidad artesanal, produciendo obras en madera, alambres, jícaras de coco y otros materiales, los cuales regalaba y vendía para obtener recursos para su familia.
Eligio Antonio Blanco Peña con Claudio Caamaño Jr.

Su apariencia siempre fue impecable: ropas limpias, cuerpo aseado con disciplina y unos bigotes recortados con precisión y elegancia. Cuando logró salir de prisión, se reintegró a su casa, en el sector Respaldo Ensanche La Fe, en las inmediaciones del diario El Nacional, en la avenida San Martín.

A lo largo de su vida, su labor social y revolucionaria fue reconocida por diversas instituciones, incluyendo la Academia de Ciencias de la República Dominicana (ACRD), el Senado de la República, diversas alcaldías, sectores de la Iglesia Católica.


Diario Azua
Santo Domingo, D. N., Rep. Dom. / 20 abril 2025.- 

Las autoridades siguen alerta a las nuevas modalidades del narcotráfico internacional y en una operación de inspección conjunta, agentes de la Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD) y miembros del Cuerpo Especializado de Seguridad Aeroportuaria, (CESAC), coordinados por el Ministerio Público, confiscaron otros 13 paquetes de marihuana, en el Aeropuerto Internacional de Las Américas, JFPG.

Los equipos operativos de la DNCD y militares, realizaban labores de verificación en uno de los depósitos de la terminal, cuando una unidad canina alertó de sustancias narcóticas el interior de una caja de metal.

Por instrucciones del fiscal, se procedió a abrir el baúl, encontrando dentro un total de 13 paquetes de marihuana, los cuales fueron enviados por un individuo desde Jamaica y según el manifiesto, lo recibiría una mujer con residencia en la calle Manuel de Jesús Troncoso, en Santo Domingo.
“Las autoridades utilizaron equipos y otras herramientas para romper el baúl y lograr sacar los paquetes de la sustancia, los cuales estaban empacados al vacío en fundas plásticas de color negro”

El Ministerio Público y la DNCD profundizan las investigaciones en relación con la frustrada operación de narcotráfico, mientras continúan mejorando su capacidad operativa frente a las nuevas modalidades de las redes criminales.



Diario Azua
Santo Domingo, Rep. Dom. / 20 abril 2025.-

Entre artesanías y recuerdos, diez frascos escondían un secreto tóxico. La DNCD, junto al CESAC y el Ministerio Público, lo detectó todo en el Aeropuerto Internacional de Las Américas.

Agentes de la Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD) y miembros del Cuerpo Especializado de Seguridad Aeroportuaria (CESAC), asistidos por el Ministerio Público, incautaron 10 frascos (botellitas) introducidas en un cuadro o souvenirs, que simulaban ser de whisky, durante una labor de inspección conjunta desarrollada en el aeropuerto Internacional de Las Américas, JFPG.

Los equipos operativos, apoyados por unidades caninas, intervinieron un paquete, donde localizaron un cuadro con los envases incrustados en su interior, todos llenos de cocaína líquida, con un peso aún no determinado por el Instituto Nacional de Ciencias Forenses (INACIF).

Según se ha establecido, el paquete fue enviado por un hombre con supuesta residencia en la Calle Juan Isidro en Santo Domingo y la recibiría un individuo con alegado domicilio en Saint Quentin, Francia.


El Ministerio Público y la DNCD investigan el frustrado envío de la sustancia bajo esta modalidad, la cual buscaba burlar los controles de vigilancia y seguridad dispuestos por las autoridades en aeropuertos y puertos del pais.

Las constantes ocupaciones de sustancias narcóticas, en puertos, aeropuertos y otros puntos del país, obedece a las mejoras en la listeza operacional y la capacidad operativa de las autoridades, para enfrentar a las redes criminales y sus nuevas modalidades para traficar con estupefacientes.





Por Camilo Javier / Diario Azua 
Santo Domingo, Rep. Dom, / Diario Azua / 20 abril 2025.-

La Iglesia Jesucristo Fuente de Amor Central celebró este fin de semana el 40.º aniversario de su tradicional Retiro de Semana Santa, una jornada de oración ininterrumpida por la nación, sus autoridades y las familias dominicanas. Durante cuatro décadas, esta congregación ha mantenido su compromiso espiritual con el país, clamando por paz, unidad y progreso para la República Dominicana.

El obispo de la iglesia, Luis Reyes, expresó que este retiro representa un espacio sagrado para interceder por la protección divina sobre el país frente a flagelos como el terrorismo, la violencia armada y toda forma de agresión contra la integridad del ser humano.

"Oramos para que Dios mantenga Su mirada sobre la República Dominicana y continúe guiando al país por el camino del avance y el desarrollo, por las madres solteras, los niños de la calle, los adultos mayores, las viudas, los huérfanos y los sectores más vulnerables de la sociedad", afirmó el obispo Reyes.


En esta edición, la congregación dedicó una parte especial de sus oraciones a las familias afectadas por la tragedia ocurrida el pasado 8 de abril en un centro nocturno del Distrito Nacional, donde varias personas perdieron la vida. Asimismo, se elevaron plegarias por la pronta recuperación de los heridos que aún luchan por su vida.

El pastor Reyes subrayó que la República Dominicana es una nación profundamente amada por Dios, con raíces cristianas reflejadas incluso en su bandera, y que ha sido llamada a cumplir un propósito profético como tierra de esperanza y valores.

Además, deploró la cantidad de feminicidios que se registran en el país, lo cual atribuyó a la falta de educación orientada al respeto a la mujer en los hogares, la ausencia de políticas públicas y la debilidad del sistema judicial para aplicar sanciones a los agresores.

El retiro inició el pasado jueves y culminó este domingo con dos servicios de adoración, el primero a las 9:00 a.m. y el segundo a las 12:00 del mediodía, en la sede central de la iglesia.



Por Lisandro Prieto Femenía
Diario Azua / 20 abril 2025.-

“Solo donde hay resurrección puede haber esperanza verdadera, y no solo consuelos temporales.” Benedicto XVI (Introducción al cristianismo, 1968, p. 291)

No es casual que ayer, Sábado Santo, no me haya pronunciado en absoluto. No es olvido ni indiferencia, sino más bien una actitud de espera, luto y fe contenida. Es un día en el que la Iglesia calla, acompaña a María en su dolor indecible, y permanece junto al sepulcro sellado. No se celebra la Eucaristía, no hay palabras de júbilo, no hay predicación, porque el Verbo hecho carne, ha sido entregado al silencio de su muerte terrenal. Por eso, hemos elegido no emitir opinión: cualquier palabra resulta presuntuosa frente al abismo del dolor de la Madre, y a la conmoción del mundo que ha visto morir al Justo.

El Papa Benedicto XVI, en el año 2006, describió este día con excelentísima claridad, al declarar que "el Sábado Santo es el día del escondimiento de Dios, el día de la gran mudez. Dios ha muerto en la carne y ha descendido a los abismos de la muerte. Un silencio nuevo y profundo se ha instaurado, y en ese silencio, Dios ha hablado por medio de su amor" (Benedicto XVI, "Homilía en la Vigilia Pascual, 2006). Se trata de un silencio que no es vacío, porque está completamente cargado de esperanza. Como María, la Iglesia aguarda, guarda y sufre. Pero espera. La espera del Sábado Santo es la matriz que da sentido al Domingo, porque cuando todo parecía consumado, irrumpe la aurora de la Resurrección, y con ella, una luz que ninguna oscuridad ha podido extinguir.

Ante la Madre que ha perdido a su Hijo, las palabras se desvanecen. No hay consuelo humano que alcance. La desmesura del dolor de María al pie de la cruz- como la de tantas madres en la historia- supera todo intento de explicación. Por eso, el Sábado Santo es el día del silencio, porque está recubierto del lenguaje sagrado ante lo indecible.

En este contexto, el silencio es en definitiva el único modo digno de acompañar. Hablar demasiado ante el sufrimiento es una forma de evasión o de irrespetuosa y molesta racionalización, tal como lo explica Romano Guardini cuando expresa que "sólo quien guarda silencio ante lo santo puede escuchar su verdad" ("El Señor", 1937). En este marco interpretativo, el silencio se convierte en apertura, espacio donde no imponemos nuestro sentido, sino que nos disponemos a recibirlo. En la tradición cristiana, tampoco es pasividad, sino más bien gestación: María calla, pero su silencio no es de resignación, sino de esperanza desgarrada porque, como muchas madres que me pueden estar leyendo en este instante, el mismo Hijo que ella acunó y vio morir, es el que- por obra del Padre- renacerá.

Una última nota sobre este asunto del silencio de María nos la trae San Bernardo de Claraval, quien decía que "Ella permanecía firme junto a la cruz, con el alma traspasada por la espada del dolor, pero sin una queja. Así participaba del sacrificio, en silencio, con fe" (Homilía De duodecim praerogativis B. Mariae Virginis, n. 14). En ese callar se expresa no la ausencia de sentido, sino su mayor profundidad, porque el misterio nunca se grita, se contempla. El Sábado Santo nos educa, pues, en ese respeto reverente, en esa espera cargada de amor, en esa solidaridad silenciosa que, en lo más hondo, ya presiente la aurora.

Procedamos ahora a intentar comprender con mayor profundidad los momentos del Domingo de Resurrección, episodios que parten del asombro y concluyen en el encuentro. En primer lugar, tenemos que pensar en la piedra removida como signo del límite vencido: "Pasando el sábado, al amanecer del primer día de la semana, María Magdalena y la otra María fueron a ver el sepulcro. Y de pronto se produjo un gran temblor: un ángel del Señor bajó del cielo y, acercándose, corrió la piedra y se sentó sobre ella" (Mt 28, 1-2).

El primer signo no es el cuerpo glorioso del Resucitado, sino el movimiento: la piedra ha sido removida. Este acto no tiene la función de permitir a Cristo salir del sepulcro- pues su cuerpo glorificado no está sujeto a límites materiales-, sino de permitirnos a nosotros mismos mirar dentro, constatar el vacío, comenzar a comprender lo imposible.

La roca corrida es símbolo del límite humano que ha sido quebrado: la muerte, ese muro infranqueable, ha sido traspasado desde dentro. Al respecto, Tomás de Aquino interpreta que la Resurrección no es sólo prueba del poder divino de Cristo, sino causa de nuestra resurrección futura, al indicar que "Cristo resucitado es causa de nuestra resurrección [...] porque en la resurrección de Cristo se manifestó su poder, que también nos resucitará a nosotros"(Suma Teológica, III, q. 53, a.1).
Tampoco se trata de una victoria privada de Jesús sobre la muerte, sino más bien de un acto fundante de la fe que transforma el destino de la humanidad: el ángel que corre la piedra no es un simple mensajero, sino un umbral que se abre. Dios, desde dentro del sepulcro, abre un futuro que la humanidad no podría imaginar por sí misma.

Consecuentemente, el próximo signo a analizar es el sepulcro vacío, que representa una ausencia que clama, un silencio que habla profundamente: "Entraron en el sepulcro y vieron a un joven sentado a la derecho, vestido con una túnica blanca, y se llenaron de temor" (Mc 16,5). Lo que, en primer lugar, encontraron las mujeres no es una presencia, sino una ausencia, es decir, el sepulcro vacío: esta paradoja es central en la experiencia pascual, porque el cristianismo no nace de una aparición deslumbrante, sino de una ausencia que transforma la memora, de una desaparición que sacude la fe.

San Agustín, pensando en esta escena del sepulcro sin el cuerpo, interpreta como nadie la pedagogía divina al expresar que "Dios ha querido que primero creyeran sin ver, para que cuando vieran, entendieran" (In Iohannis Evangelium Tractatus, 121,5). Lo que nuestro santo de Hipona quiere expresar es que la ausencia no niega la presencia, sino que la anuncia de otro modo: en la pedagogía de la fe, Dios se retira para que el corazón aprenda a esperar y leer los signos. Recordemos que la fe cristiana no siempre se apoya en una evidencia inmediata, sino en la transformación del corazón que ha sido tocado por la gratuidad del un Amor más fuerte que la muerte.

En tercer lugar, pensemos en la voz que llama por el nombre, es decir, el reconocimiento interior: "Jesús le dijo: ¨¡María!¨ Ella se dio vuelta y le dijo en hebreo: ¨Rabbuní¨, que significa: Maestro" (Jn 20,16). El momento del reconocimiento sucede por la voz, no por la vista, porque María Magdalena no reconoce al Señor por sus rasgos, sino cuando Él la llama por su nombre. Es un signo de intimidad absoluta, porque no actúa la visión, sino la escucha, de respuesta personalísima.

Sobre este aspecto en particular, el Papa Francisco señaló con fuerza el carácter transformador de ese encuentro al indicar que "El primer anuncio de la Resurrección no fue una doctrina, sino un encuentro: María Magdalena vio a Jesús vivo, y eso cambió su historia" (Homilía de la Vigilia Pascual, 2021).

El Resucitado es más que una figura ideal o una aparición etérea: es Alguien que llama y espera ser respondido, motivo por el cual María no se convierte en apóstol de un concepto, sino de un encuentro fundante. Ésta es la lógica de la Pascua: Dios llama cada uno por su nombre, no desde el trono, sino desde la experiencia compartida del dolor vencido.

Seguidamente, nos encontramos con el deseo que purifica, traducido en el "no me toques aún": "Jesús le dijo: ¨No me retengas, porque todavía no he subido al Padre" (Jn 20,17). Este pasaje, enigmático y profundo, encierra una enseñanza sobre la transformación del amor humano ante el misterio divino. Evidentemente, el deseo de María de aferrarse a Cristo- como queriendo que todo vuelva a ser como antes- es detenido por una pedagogía de elevación. El Resucitado ya no pertenece al tiempo ordinario o antiguo: su presencia está inaugurando una nueva forma de relación.

Este acontecimiento es interpretado magistralmente por Benedicto XVI, quien ve este gesto como parte de la purificación del amor que María debía atravesar: "Cristo quiere llevarla más allá del amor sensible, más allá de la posesión, hacia una fe más pura" (Ratzinger, "Jesús de Nazaret", 2001, p.319). En este sentido, es necesario indicar que el amor cristiano, a la luz de la Pascua, no se reduce a lo visible ni a lo poseíble: es una comunión más alta, donde la distancia no separa, sino que contribuye a la madurez de la fe. El Resucitado, entonces, llama a una conversión del corazón, es decir, amar más allá del tacto y confiar más allá de la ausencia física.

En conclusión, queridos lectores, queda claro que el Domingo de Pascua no es un recuerdo piadoso ni una victoria lejana. Es una irrupción que sigue aconteciendo, porque la Resurrección no clausura la historia, sino más bien todo lo contrario, la abre para siempre. En un mundo donde el sinsentido, la desesperanza y la violencia parecen tener la última palabra, la Pascua proclama otra lógica, a saber, la del amor que no muere, la del bien que no es vencido, la de la vida que no se deja reducir al cálculo del poder ni a la estadística del dolor.

La piedra removida del sepulcro es también la piedra que hoy nos oprime: la del miedo, el individualismo, la indiferencia y la espantosa falta de empatía. En este contexto, tengo que recordarles que la Pascua es la promesa de que no hay noche definitiva, tal como lo expresó San Juan Pablo II en uno de los momentos más oscuros de su tiempo: "¡No tengáis miedo! Abrid las puertas a Cristo. Él sabe lo que hay dentro del hombre. Sólo Él lo sabe" ("Homilía de inicio de pontificado, 22 de octubre de 1978).

Esta invitación jamás pierda actualidad, porque la Resurrección no es evasión, sino plena transformación. Nos exige a mirar de frente al dolor- como María lo hizo en el Sábado del silencio-, pero sin resignarnos a que sea el dolor quien defina la última palabra. Justamente por ello, la Pascua no niega la cruz, la transforma en símbolo de redención, es decir, la trasciende.

Aquella trascendencia, tampoco es abstracta, porque ocurre en el corazón de lo cotidiano, en cada gesto de compasión que desafía la crueldad, en cada acto de fe que resiste al cinismo, en cada comunidad que se rehúsa abandonar al herido. Sobre este asunto puntual, recordemos algo muy reciente que nos legó el Papa Francisco, al indicar que "la Resurrección no es magia: es un acto de amor. Es la vida que brota allí donde parecía imposible. Y esa vida quiere renacer también en nosotros" ("Homilía de la Vigilia Pascual", 2020).

Recordemos entonces, por último, que el cristianismo es, por vocación, testigo de la luz que ha vencido las tinieblas. Por eso, celebrar la Pascua es comprometerse a vivir de tal modo que otros- al ver nuestras obras- puedan intuir que la tumba está vacía y que, aún así, el Amor sigue vivo, por siempre.

El autor es docente, escritor y filósofo
San Juan - Argentina

sábado, 19 de abril de 2025

 


Por Luis Felip Vidal / Diario Azua
Sabana Yegua, Azua, Rep. Dom. / 19 abril 2025.-

Un accidente ocurrió este sábado, en horas de la mañana, aproximadamente 7:00, fue reportado a través del Sistema 911, siendo ya la 1:41 horas de la tarde, sobre un accidente de tránsito ocurrido en la carretera de la comunidad Galindo, municipio Sabana Yegua, provincia Azua, donde falleció el señor conocido como Joan Rafael Adames Reyes.

Quien se trasladaba en el lado de acompañante del vehículo marca Toyota, modelo Camry, color rojo, placa A183509, cuyo conductor no se encontraba en el lugar del  hecho. 

Allí donde ocurrió el accidente se presentaron los organismos de socorro, la Policía Nacional y miembros del Inacif de la provincia Azua.
Diario Azua
Santo Domingo, D. N., Rep. Dom. / 19 abril 2025.-

En el contexto del Congreso Mundial del Derecho que se celebrará en Santo Domingo el próximo mayo, la voz del expresidente de la República Dominicana se destaca por su autoridad. 

En un momento histórico complejo como el que estamos viviendo, donde el respeto al Estado de derecho está siendo puesto a prueba por conflictos, crisis globales y desinformación digital, Leonel Fernández se distingue como un promotor incansable de una justicia accesible, moderna y democrática. 

Hablando en la víspera del evento, Fernández declaró sentirse "honrado de que la República Dominicana haya sido elegida como sede de un Congreso con una tradición tan prestigiosa a nivel internacional". 

El Congreso Mundial del Derecho, de hecho, es un evento de relevancia mundial que desde 1963 se celebra en diferentes partes del mundo – entre ellas España, Colombia y Nueva York en los últimos años – y que este año lleva, por primera vez, su historia y su influencia jurídica a Santo Domingo, en el corazón del Caribe. 

Esta ocasión única llevará a la República Dominicana a recibir rostros conocidos del mundo del Derecho, además de magistrados, juristas y académicos de todas partes del mundo, incluidos representantes de África y Turquía. 

La presencia de Su Majestad el Rey Felipe VI de España amplifica la solemnidad de un evento altamente representativo del diálogo jurídico global. 

Uno de los temas más urgentes que se discutirán en el Congreso será la relación entre Justicia e Inteligencia Artificial; considerando que la digitalización y la automatización están influyendo profundamente también en el contexto administrativo de la justicia, es necesario que el Congreso se presente como un laboratorio para la construcción de un nuevo pensamiento jurídico global, capaz de enfrentar los desafíos contemporáneos y futuros en nombre de una justicia inclusiva. 

El mensaje central del Congreso es, por tanto, la construcción de un Estado de Derecho que ponga en el centro la Justicia como motor de progreso, de dignidad para todos los pueblos, de cohesión social; entre las figuras más conocidas comprometidas con este objetivo, Fernández citó con admiración a Sonia Sotomayor, primera jueza hispana de la Corte Suprema de los Estados Unidos, como ejemplo de integración, determinación y respeto a la ley al servicio de la humanidad. 

La jueza será una de las invitadas del evento y, como invitada de honor, recibirá el 6 de mayo el premio “Paz y Libertad Mundial 2025”, otorgado a quienes han defendido, con valentía y coherencia, un mundo gobernado por la ley y no por la fuerza. 

Durante sus mandatos presidenciales, Fernández concibió la democracia como una estructura fundada sobre instituciones fuertes, una magistratura independiente y el respeto al derecho internacional. 

Hoy más que nunca, su figura emerge como la de un líder del pensamiento jurídico latinoamericano, capaz de representar a la República Dominicana en una red de relaciones que miran al mundo entero.