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Por José Manuel Mesa
Diario Azua / 27 abril 2023
La ausencia de planificación y estrategia se convierte en la constante de esta gestión de gobierno que carece de las herramientas necesarias para trazar políticas públicas sólidas y coherentes.
Cuando esto acontece, la historia nos enseña que se recurre a parches que intentan remediar las consecuencias de la falta de previsión, pero sin lograr nunca alcanzar una solución duradera y efectiva.
Un ejemplo de esas prácticas parchera, es el programa “A Comer: Del Campo al Colmado,” que abarataría los precios de varios productos de la canasta familiar. Una improvisación anunciada con bombos y platillos por el presidente Luis Abinader.
La gente se pregunta, luego de tres años de gobierno, cómo es posible que en lugar de poner en marcha medidas estructurales a largo plazo para mejorar la situación económica del país, se opta por soluciones banales, orientadas más a calmar las quejas de la población, que a resolver los problemas de fondo.
Por ello el rechazo que el gobierno está sintiendo, sobre todo en los sectores populares, ha obligado a los estrategas oficialistas a inventar un parche para “ponerle un bobo” al pueblo. Pero todos sabemos que este parche no va a funcionar, como tampoco lo hicieron sus antecesores (los kits de RD$1,000 en los supermercados y demás).
Los colmados son fuentes importantes de abastecimiento de alimentos en República Dominicana, pero no es la principal para el 60 por ciento de las familias del país, pues según la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH) del 2016, el 44 por ciento de los hogares adquiere alimentos en colmados, lo que indica que esta modalidad de compra es importante pero no predominante.
Tomemos nota de como entran en contradicción los parches gubernamentales, pues el anterior, el de los Kits, fue un aborto practicado en los supermercados. Además, es importante tener en cuenta que el acceso a los alimentos no depende exclusivamente de la presencia de colmados en las zonas urbanas y rurales, sino que también está influenciado por factores como la disponibilidad en los mercados, los precios y los ingresos de las familias, este último aspecto el gobierno debe buscar mejorar. Por lo tanto, aunque los colmados son una fuente importante de abastecimiento, es necesario analizar el panorama de manera más amplia para entender la situación alimentaria del país.
El comunicado de prensa donde el gobierno ofrece detalles del programa indica que los productores recibirán sus pagos mediante tarjeta de débito del Banco Agrícola y del Banco de Reservas, el cual podrá retirar en los cajeros y ventanillas”, al parecer los técnicos del gobierno desconocen que el sistema financiero es limitado para muchos pequeños productores en República Dominicana.
Según datos del Banco Central, en 2020 solo el 36% de los adultos en el país tenía una cuenta bancaria, y la mayoría de ellos se concentra en zonas urbanas, donde nos parece, que no se cosecha nada. Además, muchas localidades rurales y remotas no cuentan con sucursales bancarias y cajeros automáticos, lo que dificulta el acceso de pequeños productores a servicios financieros.
Por último, la situación social y económica del país parece estar al borde del abismo. La gente padece el flagelo de los altos precios de los alimentos, que siguen subiendo sin control, mientras la inseguridad aumenta en las calles y los parches gubernamentales, única respuesta del gobierno, parecen insuficientes para remediar el caos. En medio de este escenario resuena cada vez más fuerte el clamor popular por la vuelta al Palacio Nacional del presidente Leonel Fernández, un líder de visión clara que, mantuvo estabilidad económica aún en momentos críticos, un estadista a carta cabal, con capacidad para conducir el galeón público en aguas turbulentas.
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