Titulares

martes, 3 de noviembre de 2020

Es triste ver una organización política aletear como un pez fuera del agua.

 

Por Fernando Custodio 

Parece que la cúpula del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) ha quedado como un boxeador al cual le han dado muchos golpes en el ring y cae a la lona sin sentido y trata de despertar con rumbo desconocido y creyendo que va subiendo la cuesta y la realidad es que va como un bólido al inverso. 

Esta organización se ha convertido como en una más del patio, buscando avasallar sin sentido a cualquiera que no le haya satisfecho en su ambición de hacer creer a la población que la razón era de ellos, infligiendo temores. 

Todo no se lleva a lo personal, no es posible que si un individuo realiza su trabajo con dignidad transparencia tenga que ser vedado de sus aspiraciones sólo porque ustedes no ven más allá del chisme y la temeridad. 

No le luce a ningún partido oponerse a la elección de ningún candidato a un puesto de las altas cortes porque porque basándose en la ley haya sido arbitro de algún caso, ya no existe la íntima convicción y lo saben sus abogados. 

Las prohibiciones para que un ciudadano no sea seleccionado a las altas cortes están contempladas en la Constitución de la República Dominicana y las leyes, no en el deseo de la cúpula de ninguna organización política. 

Creemos en los hombres que sus acciones como individuos, profesionales y servidores públicos tienen su honorabilidad a la luz del sol. 

Los francotidores contra la moral ajena deben recordar el episodio de María Magdalena: 

“Los maestros de la Ley y los fariseos le trajeron una mujer que había sido sorprendida en adulterio. La colocaron en medio y le dijeron: ‘Maestro, han sorprendido a esta mujer en pleno adulterio. La Ley de Moisés ordena que mujeres como esta deben morir apedreadas. Tú, ¿qué dices?... Jesús dijo ‘El que no tenga pecado lance la primera piedra’… Y todos se fueron retirando uno a uno, comenzando por los más viejos.” (Jn. 8, 7)
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