Titulares

martes, 4 de febrero de 2020

EN FEBRERO CARACOLES



POR ANA ISABEL

Érase una vez un pueblo, una injusticia, una afrenta, una barbarie, la de un pueblo mutilado. Érase también que hubo una causa por acabar la injusticia, terminar con la barbarie y a ella se sumaron justicieros y entre ellos un coronel que aprendió a ser pueblo.

Siguiendo los pasos que él anteriormente señalara el camino de las montañas escarpadas.

Más éste trazó su propia ruta que inició en la playa.

Desde el engendro del mal saldría la orden y los gorilas sin madre a cumplir con saña y de nuevo la afrenta doble,no solo matarían hombres, sino patriotas que asumieron en sus manos el mandato de aquel himno y a ser libres o morir se lanzaron.

Afuera, ruines, traidores, cobarde y también los innombrables gente, masa que se prestó y otros que la desnudez del tiempo descubriría también y al final fueron muchos los culpables.

Los cuerpos heridos, abatidos, descubiertos y el tuyo,Comandante calcinado.

había que borrar toda intención, que sirviera el genocidio de escarmiento para los otros que vinieran a seguir el ejemplo a caminar las huellas de aquel que fue primero soldado contra y después a favor del pueblo.

Y fueron acribillados sus ojos sin apagarse la luz de su mirada, mutilados sus brazos que empuñaría en alto simple el fusil sin embargo perderse la vida de los brazos, pero no su poder , que levantarían otros para seguir su encaminada y postergada causa.

Pero era tiempo del mal y había que romperlo todo, brazos y ojos , puños y huesos desintegrados todos para desmotivar su ejemplo.

Y trataron de perder tus restos mancillados de barbarie, pero sería ya muy tarde pues el aire arrastraría el polvo de tu cuerpo que sería regado en una lluvia sobre lomas y llanos de extremo a otro de la isla separada.

Y esta historia no es solo de traición y muerte, es también de recuerdo, esperanza, coraje referente.

No mataron tu estrella Comandante,no pudieron con ella era muy fuerte, se quedó postergada tu empresa, allí donde calló polvo de tus huesos, allí todavía florece una esperanza aunque no esté tan fresca en este nuevo tiempo de la maldad.

Entre abril y febrero no importarán los años llegarán otros ojos, otros brazos y con la misma intención de terminar tu empresa tendrán que levantarse uno a uno tus huesos y terminarse tu proesa Comandante Caamaño.
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