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Diario Azua
Santo Domingo, 21 septiembre 2024.-
El Colegio Dominicano de Periodistas y la Sociedad Interamericana de Prensa cayeron en la trampa de ir a un convite donde se fue tratar la forma de estas dos entidades morir. No importa la presencia allí del Defensor del Pueblo, de ADORA, Cámara de Comercio, CONEP, Participación Ciudadana, las telefónicas, ABA y FINJUS, ya que no son afines con la esencia y la existencia del CDP y SIP.
Si el Colegio Dominicano de Periodistas en República Dominicana y la SIP a nivel regional echarán un vistazo a su historia, vieran las plumas caídas, las máquinas de escribir sin sonido, los reflectores de las cámaras apagados producto de la intolerancia de los poderes gubernamentales apoyados por esos mismos sectores que aquí hacen causa común para callar a periodistas, fotógrafos y camarógrafos que hacen su trabajo en pro de una sociedad equilibrada y justa.
El CDP defiende a sus miembros cuando son amenazados por las esferas de poder camufladas con distintos nombres y actores.
La Ley 1-24 busca coartar el secreto profesional, el CDP debe dar a entender a la nueva generación de periodistas de que para gozar de esa libertad de expresión se ha derramado sudor y mucha sangre, sufrimiento y dolor, jamás debemos echar eso por la borda, hoy muchos han venido a invadir el ejercicio periodístico y hasta gozan de cierto respeto, pero en esencia no lo son, solo buscan dinero y se hacen millonarios a pesar de que lo hacen violando nuestra Ley 10-91, la cual ha debido ser reformada antes de hacer la Ley 1-24, que como sociedad nos llena de terror y vergüenza.
Hemos querido compartir esta reflexión de las Naciones Unidas sobre la
Libertad de expresión, acceso a la información y empoderamiento, según establece el artículo 19 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
"Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión".
La libertad de los medios de comunicación y el acceso a la información fortalecen, a mayores, el objetivo de desarrollo, de empoderar a las personas. El empoderamiento es un proceso pluridimensional, social y político que ayuda a las personas a tomar el control de sus propias vidas. Esto solo se puede conseguir mediante el acceso a información precisa, justa e imparcial, que represente una pluralidad de opiniones, y a los medios para comunicar activamente de manera vertical y horizontal, participando de este modo en la vida activa de la comunidad.
Sin embargo, para hacer de la libertad de expresión una realidad debe existir un entorno jurídico y normativo que permita el surgimiento de un sector mediático abierto y pluralista. También deben existir voluntad política para apoyar al sector y Estado de derecho para protegerlo; además, el acceso a la información debe estar garantizado por ley, especialmente a la información de dominio público. Por último, los destinatarios de la prensa deben tener un conocimiento necesario de los medios de comunicación para poder sintetizar y analizar la información que reciben de forma crítica y utilizarla en su día a día, y también para responsabilizar a los medios de comunicación de sus acciones.
Estos elementos, junto con los profesionales de los medios de comunicación que deben cumplir los más elevados criterios éticos y profesionales planteados por los expertos, constituyen la infraestructura fundamental en la que la libertad de expresión puede prevalecer. Partiendo de esta base, los medios de comunicación funcionan como un vigilante, la sociedad civil se relaciona con las autoridades y quienes han de tomar las decisiones, y la información fluye entre las diferentes comunidades.
El combustible que pone en marcha ese motor es la información y, por lo tanto, el acceso a la información es de máxima importancia. Las leyes de libertad de información, que permiten el acceso a la información pública, son esenciales, pero también lo son los medios que ponen esa información a disposición de los ciudadanos, ya sea mediante las TIC o el simple intercambio de documentos.
Los medios de comunicación abiertos y plurales son quizá de mayor valor cuando solo proporcionan un espejo en el que la sociedad pueda verse reflejada. Estos periodos de reflexión son de gran utilidad a la hora de definir los objetivos de la comunidad, y pueden contribuir a corregir momentos en que la sociedad y sus líderes han perdido el contacto o quedan a la deriva. Se aprecia cada vez más cómo este papel ha recaído en el sector mediático de las comunidades más pequeñas, ya que los imperativos financieros alejan a las compañías mediáticas de estos principios fundamentales y las llevan a núcleos de beneficio que no atienden a las poblaciones más pequeñas o excluidas. (sic)
Es por esta situación que el Colegio Dominicano de Periodistas debe dar un vistazo y reflexionar sobre las causas por las cuales las vidas de muchos miembros de la prensa fueron obligadas a marcharse a destiempo de este mundo, el CDP debe tener bien claro cuál es su rol, sobre todo recordando la memoria de: José Enrique Piera Puig (1970); Abraham Rodríguez (Güigüi) 1971; Gregorio García Castro (Goyito) 1973; Luis Orlando Martínez Howley (1973); Plinio Díaz Vargas (1974), Marcelino Vega Peguero (Papolo) 1981; Narciso González Medina (Narcisazo) 1994; Juan Carlos Vásquez (1995); Juan Emilio Andújar Matos (2004); Domingo Disla Florentino (2006); Facundo Labata Ramírez (2006); Johnny Martínez (San Cristóbal) 2006; Vicente Normando García Reyes (Azabache) 2008; José Agustín Silvestre de los Santos (Gajo) 2011; Newton González Montes de Oca (2014); Napoleón Rojas Vicioso (2014), Blas Olivo Santana (2015), entre otro que por razones de espacio no fueron citados, por eso el CDP no puede participar en reuniones donde se afilan cuchillos para su garganta, los representantes de los periodistas no hacen nada allí, porque desde ya sería como, de antemano, ayudar a lavar las manos de los opresores de la libertad de prensa e interesados en silenciar la verdad y ahí no se debe retroceder un ápice, porque sencillamente es irrenunciable e innegociable.
Bien claro dice el Reglamento Interno del CDP en literal "b) Defender la libertad de expresión y difusión del pensamiento en la forma que
se garantiza en la Constitución de la República y aquellos instrumentos
internacionales ratificados por el país".
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