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martes, 11 de enero de 2022

Mujer migrante: Desafío en tiempo de pandemia

 

Por Katherine Reyes
Diario Azua / 11 enero 2022.-

La inmigración femenina es superior a la masculina, con 3.190.456 mujeres, lo que supone el 52.26% del total de inmigrantes, frente a los 2.913.747 de inmigrantes varones, que son el 47.73%. Según publica la ONU.

“Las remesas que envían las mujeres migrantes mejoran los medios de vida y la salud de sus familias y fortalecen la economía”.

(Dai Sombra) “Tengo más de 15 años viviendo en Barcelona. He vivido todo tipo de racismo”

Desde el pasado mes de marzo 2019 la situación de la población migrante se ha visto afectada y rebosada significativamente debido a la presencia de la pandemia generada por La Covid 19.

Las medidas de aislamiento adoptadas y restricciones han traído consecuencias resultados “desastrosos” para economía mundial. Arrastrando a un futuro incierto a la humanidad que, a su vez, es segregada y clasificada por grupos con privilegios y otros que solo parten de su territorio de origen con el “pasaporte Covid”.
“Las remesas que envían las mujeres migrantes mejoran los medios de vida y la salud de sus familias y fortalecen la economía”. ONU

Con la crisis sanitaria actual existen colectivos que se ven afectados directamente. Para nadie es un secreto que la mujer en contexto de migración enfrenta más riesgo que el hombre.

La mujer por el hecho de serlo se ve en situaciones en algunos casos de abusos y violencias de género. De igual forma, puede ser sometida a trabajos feminizado con fines de explotación como es el trabajo doméstico no remunerado de manera justa. Según la Naciones Unidas para la Igualdad de Género y el Empoderamiento de las Mujeres, (ONU Mujeres), sólo un 22% de las trabajadoras migrantes en todo el mundo cuentan con protección social.
Marisol Toro- Colombia. “Trabajo duro día y noche para que a mis hijos no les falte nada en Colombia”.

“se calcula que los trabajos domésticos son realizados por mujeres migrantes prestando un servicio muy valioso a las familias y representan una parte significativa de la fuerza de trabajo mundial dedicada al empleo informal. Sin embargo, son uno de los grupos más vulnerables de la fuerza de trabajo y se enfrentan a múltiples abusos de sus derechos humanos y laborales”.


Fuente: ONU Mujer.

“Desde que salí de Colombia, lo hice con la esperanza de mejorar mi futuro y el futuro de mis hijos. No pensé jamás vivir lo que me ha tocado. Cuando se emigra de su tierra toca trabajar duro y en algunas ocasiones trabajos de explotación. Aquí no valen los títulos. Hay que comer. Yo he cuidado perros, he cargado cajas, limpios cristales, limpio casas. Además de cuidar personas mayores”, dice “Dilenia”, (nombre que ha elegido para preservar su identidad), mientras mira arriba hacia la derecha tratando de recordar cómo vivió esos meses de confinamiento con dos hijos en una ciudad que fue epicentro de uno de los siniestros sanitario más impactante en los últimos tiempos.
“Tengo un hijo con esquizofrenia, imagínate el panorama. No tenía claro que hacer si llorar o guardar silencio”. Isabel Giménez- Venezuela.

“Dilenia”, continúa describiendo aquellos días de dificultad, mientras se da un sorbo del café con leche de avena. Deja la taza reposar en la mesa vieja de cafetería del Raval, uno delo barrio más antiguo de Barcelona. Populoso por ser multicultural debido a que cuenta con la presencia 60.94% de población de origen extranjero.

“Me vi en la calle, sin comida y sin trabajo en plena campaña “Quédate en casa”, “llegué a pensar hasta en el suicidio”, continúa.
“En algunos momentos me vi en la obligación de pedir comida en la iglesia”

Como “Dilenia", existen en la actualidad cientos de casos de mujeres migrantes que han tenido que estar en el “ojo” de una pandemia enfrentado diferentes vicisitudes e injusticias que la mantienen en total invisibilidad y sumergidas en una permanente crisis.
“Perdí mi trabajo a causa de la crisis generada por la pandemia. Ahora he emprendido un nuevo proyecto”. Liz- Venezuela.

Los efectos de una pandemia han sido la causante que ha dejado al descubierto las faltas de políticas públicas adecuadas para cubrir las necesidades básicas de un colectivo que con su trabajo aporta a la economía española.

Tal es el caso de Dai Sombra, quien tiene más de 15 años viviendo en Barcelona y cuenta que los servicios públicos y acceso a la salud se vieron afectado durante este período y aun después.

Con la ralentización de los servicios otras enfermedades fueron descuidas y en muchas ocasiones ni atendidas.
“La mujer migrante sostiene la economía familiar en muchas ocasiones”, Dai Sombra.

“Durante este tiempo la atención a otras enfermedades o dolencias no fueron contemplados en este periodo de pandemia. Yo intenté ir para un tratamiento ginecológico, y una analítica anual. No me dieron cita porqueno lo estaban atendiendo”.

El diagnóstico: “El impacto de la pandemia en la mujer migrante”, presentado por la Red de Migración, Género y Desarrollo, comunidad vindicativa integrada por mujeres y organizaciones de mujeres de diversas latitudes que residen en España, y desde su saber situado, impulsan una apuesta colectiva y transformadora desde el feminismo descolonial hace énfasis en relación a los derechos humanos en un contexto pandémico, que con su vulnerabilidad se ponen en riesgo los derechos principalmente de las mujeres; derechos como los siguientes: Derecho a la salud, derecho a la vivienda, derecho a una vida libre de violencia.
La Red de migración género y desarrollo para la mujer migrante vela por el bien común de la mujer migrante.

El diagnóstico realizado en la ciudad de Barcelona evidencia que el 95% de las mujeres encuestada están en situación de desempleo, lo que su pone un retroceso para la economía personal y de su país de origen. 
El análisis también refleja que un porcentaje de la mujer migrante ha sufrido violencia directa por mano de su pareja, expareja o personas aledañas.

“Yo me sentía presa y con miedo a que me mate”. Él sacó un cuchillo y me lo colocó en el cuello. Se me fue la fuerza, no podía gritar. Te juro que creí que era el final”. Es uno de los testimonios que recoge la investigación donde se evidencias los maltratos psicológicos que han vividos las mujeres a manos de sus verdugos en tiempos de confinamiento.
“Me enfrenté a momentos de miedos grandes en el confinamiento” Francis- Venezuela

Con la pandemia de por medio y una situación de pobreza “las personas migran para para mejorar sus medios de vida y oportunidades.

Las mujeres representan casi la mitad de los 244 millones de migrantes y la mitad de los 19,6 millones de personas refugiadas del mundo”. ONU Mujer.

“Mi madre murió de Covid 19, me dolió que no pude despedirla “Ahora sólo tengo una foto que guardo como un tesoro”.

El contexto migratorio en España según el Instituto Nacional de Estadística en la actualidad es de un total de 610.323 de las 6.104.203 de personas inmigrantes, son mujeres residentes en Catalunya, siendo este 6.104.203 un 12,9% de la población de España.
Dai Sombra.

En los últimos años, el número de inmigrantes que viven en España, ha aumentado en 157.7 personas, un 2,64% publica en su informe la plataforma Datosmacro.

Siendo la población de América Del Sur, Norte, Central y del Caribe el 5%, y dentro de la población extranjera alcanza el 31 %. Los de mayor presencia son los de América del Sur cuyo porcentaje del dentro del total de la población extranjera alcanza 22 %. Por su parte, las mujeres representan dentro de la población extranjera en Barcelona el 17, 9%, encabezando América del Sur como la de mayor presencia. (Contreras H., P., tesis doctoral Universidad de Barcelona).
En Barcelona el Caribe alcanza un total de 8.217 habitantes. Los países con mayor representatividad son República Dominicana con 6.130 y Cuba con 2.024 habitantes respectivamente. El porcentaje correspondiente al área del Caribe, con respecto al total de población extranjera residente en Barcelona lo encabeza la República Dominicana con el 74, 60 % y cuba con el 24, 63 %. Por su parte las mujeres representan el 55 %. Con 4.482 habitantes. (Contreras H., P., tesis doctoral Universidad de Barcelona).
“La pandemia era para algunos meses de descanso, para mí era morir en casa”. Valentina.
Rosa Nelly- Honduras.

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