Titulares

miércoles, 12 de mayo de 2021

La esclavitud emocional al apego hacia algo o alguien

 

Por Dianelis Jiménez
Diario Azua / 12 mayo 2021

Sentir un vínculo con otra persona y experimentar algo especial con aquellas personas que tienes una gran conexión de tiempo contigo, como tu madre, padre, hermanos, hermanas, primo, prima, novio, novia, nos reconforta y nos sentimos seguros con aquellos donde tenemos la seguridad de que estaremos a salvo con ellos. Al pasar el tiempo vamos conectando y relacionando la experiencia que vivimos con cada uno, cada uno de ellos cubre una necesidad emocional y afectiva.

Los extremos de las emociones hacen que todo empeore en el ambiente donde estamos y más si se generan a largo plazo, puede provocar situaciones negativas entre los relacionados. Las emociones como la frustración, el enojo, la tristeza, la ansiedad se hacen con una conectividad cuando no son cumplidos nuestros puntos de vista.

Las necesidades que estamos buscando lo reflejamos o exteriorizamos, son observables aquellos comportamientos de lo que realmente queremos o necesitamos en el momento para nuestro propio bienestar emocional y afectivo.

Cuando nos sentimos frustrados hacemos hincapié en ello, aunque no hables, aunque no llores, hay momentos de ti y comportamientos que hacen que el que se encuentra a tu lado se dé cuenta de lo diferente que estas cuando no te encuentras bien y ve como tu comportamiento cambia, no sonríes, te enojas mucho y tu nivel de estrés sube.

Al apegarnos con los demás y a aquellas cosas que pensamos que nos darán bienestar pues comienza hacer negativo, porque esperamos aferrarnos a algo para estar complacidos y a nuestro confort para tener paz, pero lo que estamos logrando es una dependencia absoluta de alguien más para que nos haga feliz, para que nos apoye en lo que queremos, porque si esa persona está feliz pues yo soy feliz, y van en la vía contraria del camino que les corresponde.

El apego emocional causa un malestar de inexistencia y vulnerabilidad hacia los demás. Es difícil poder seguir nuestro propio camino si realmente no sabemos que nos hace felices, aprendemos mediante crecemos y vivimos lo que nos hace bien y lo que realmente debemos de sacar de nuestras vidas, pero existe otra mitad, la dependencia de quedarnos donde no nos lastimen o donde no creemos que nos vayan a lastimar, dentro del cristal donde estamos más seguros.

El problema no son los demás, el problema debemos verlo en nosotros mismos, no podemos solucionar aquello que nos afecta solo señalando lo que a ti no te gusto de los demás. Es un círculo vicioso que se vuelve mucho más grande mientras nos hacemos más adultos.

La inferioridad hacia los demás es un sentimiento de apego negativo de alguien, es un signo de alarma cuando nos sentimos menos que los demás. Cuando nos sentimos con la necesidad de estar con alguien la mayor parte de nuestro tiempo, si la felicidad que nos arrope tiene que depender de otro, que para vivir una vida plena tiene que convertirse en un esclavo del otro, donde el cariño hacia los demás se vuelve dependencia, cuando la vida cotidiana vive solo alrededor de quien te rodea, cuando no actuamos por nuestro propio ser y tenemos que esperar que alguien más lo haga para sentirnos seguros de donde estamos pisando, son signos de alarma y claramente de signos que nos ayudaran a identificar aquellos apegos negativos.

Lucha por aquello que quieres, no tengas miedo a estar solo, porque recuerda que naciste solo y solo te mueres. Aprende a vivir siendo tú, caminando tus propias vías y teniendo la experiencia de decir que lo disfrutaste sin tener que estar apegado a alguien o alguna cosa.

“Si no cortas tus ataduras durante la vida, ¿Qué esperanza de liberación tendrás durante la muerte? Juvenal










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