Titulares

miércoles, 4 de noviembre de 2020

Las TIC´S en tiempos de pandemia y la educación


Por Araceli Aguilar Salgado 

“El aprendizaje en línea no será la siguiente gran cosa, ya es la gran cosa ahora”. Donna J. Abernathy 

La pandemia de covid-19 ha agravado las ya muy conocidas desigualdades educativas en México y en otros países, ha provocado una crisis sin precedentes en todos los ámbitos. 

En la esfera de la educación, esta emergencia ha dado lugar al cierre masivo de las actividades presenciales de instituciones educativas en más de 190 países con el fin de evitar la propagación del virus y mitigar su impacto. 

Ante la necesidad se cancelaron las clases presenciales por el virus, el gobierno mexicano y las instituciones educativas han acudido a una variedad de tecnologías en un intento por seguir brindando educación a más de 36 millones de niños y adultos en el país. 

La nueva oferta virtual enfrenta serias limitantes, dificultades y cuestionamientos éticos, sobre todo en cuanto a la equidad del modelo. Entre los factores que condicionan el acceso a una educación de calidad en línea son: la clase social, la raza, la etnia, el género, la ubicación geográfica y el tipo de institución educativa a la que pertenecen. 

En 2016, se ubicó en el lugar 87 mundial en el acceso a las TIC y en el 8 en América Latina, detrás de Uruguay, Argentina, Chile, Costa Rica, Brasil, Colombia y Venezuela, en ese orden, según indicadores de la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT, 2017) con sede en Suiza. 

Existen fuertes desigualdades entre los estados del norte y del sur, Baja California, Coahuila y Sonora, más de 80% de la población tiene acceso a internet, en Michoacán, Guerrero y Oaxaca, una mitad cuenta con el servicio, cuando se analiza la situación por grupos étnicos, la brecha se abre aún más; por ejemplo, sólo 11% de los hablantes de una lengua indígena tiene una computadora y 9.8% tiene acceso a internet (INEGI, 2018). 

En tiempos normales, tales diferencias son una pieza más del mosaico de las desigualdades en México, pero en tiempos de covid-19, la brecha digital tiene consecuencias particularmente nocivas y de largo alcance, sobre todo por su incidencia en el sistema educativo, el acceso a las TIC afecta a estudiantes desde el nivel preescolar hasta el universitario, determinando quiénes pueden acceder a y aprender de la educación en línea. 

Hay grandes diferencias según el tipo y sector a los que pertenecen las instituciones educativas, en México, como en otros países, los alumnos de escuelas privadas tienen mayores posibilidades de acceder a las clases en línea, mientras que, en las públicas, el gobierno ha recurrido a tácticas como la programación de material didáctico a través de la televisión abierta o la radio. 

No obstante, la brecha no sólo tiene que ver con la condición económica de las familias, sino también de la propia institución, ya que, en el caso de las privadas, los profesores suelen tener mayor experiencia y acceso a tecnologías en línea. Asimismo, la capacidad de los alumnos de aprovechar tales recursos depende en gran medida de la disponibilidad y nivel de capital, cultural de sus padres; es decir, si los padres tienen que seguir trabajando fuera del hogar o no han cursado el mismo nivel de estudios que sus hijos, difícilmente van a poder asesorarlos con las tareas en casa. 

En cuanto a las instituciones de educación superior, también existen fuertes desigualdades entre subsistemas: entre las universidades privadas de mayor trayectoria, las públicas federales y las estatales, por un lado, y las universidades e institutos tecnológicos, las escuelas normales y las universidades estatales de nueva creación, por el otro, el caso de las Universidades Interculturales 

Es preocupante, las instituciones que sirven a estudiantes indígenas y residentes de comunidades marginadas han tenido que buscar soluciones creativas para seguir impartiendo clases a sus alumnos, muchos de los cuales no cuentan con internet o computadora en casa. 

Aun antes de la pandemia, las universidades interculturales enfrentaban dificultades con el uso de las TIC, debido al poco conocimiento previo de los alumnos y la escasez de computadoras, al encontrar soluciones creativas para cerrar las brechas tecnológicas en el país. 

Una opción que se ha probado en otras naciones, como Estados Unidos, es la donación de equipos de cómputo y tarjetas de internet a estudiantes de escuelas públicas, dichos programas se iniciaron en California y en otros estados después de que las autoridades estadounidenses detectaron que apenas la mitad de los alumnos en los condados más pobres y con los mayores porcentajes de indocumentados estaba asistiendo a las clases en línea. 

En México, existen algunas iniciativas en este sentido, la UAM anunció en abril que donaría 3,865 tabletas equipadas con tarjetas de internet a alumnos en condición vulnerable. Los beneficiarios representan 11 por ciento de los 42,000 estudiantes de esta universidad que se había detectado no contaban con acceso a las TIC (Martínez, 2020) 

Así mismo, se ofreció a la comunidad universitaria la posibilidad de conseguir internet más rápido de forma gratuita, a través de un acuerdo con Teléfonos de México; sin embargo, el servicio sólo es disponible para usuarios de Telmex, otro ejemplo es el programa federal de becas, Jóvenes Construyendo el Futuro, que ha donado computadoras y celulares inteligentes a estudiantes de algunas universidades públicas, incluyendo las interculturales. 

Sin embargo, tales programas sólo llegan a una pequeñísima parte de la población. 

Ante la posibilidad de que la educación en línea se convierta en la norma para los próximos meses o años, urge escalar estas iniciativas y encontrar nuevas soluciones, algunos ejemplos son el uso de las plataformas digitales para subir videos y documentos por parte de los docentes y los alumnos, en momentos en que cuenten con internet. 

Otra opción, que está siendo utilizada por algunas universidades interculturales, es la creación de foros en WhatsApp y Facebook a los que se puede acceder desde los celulares. 

También hay una necesidad de mayores apoyos para los profesores de todos los niveles del sistema educativo en el diseño e impartición de clases en línea, de igual manera, hace falta encontrar formas de calificar a los alumnos que no discriminen a aquellos que no cuentan con acceso al TIC y que tomen en cuenta las otras desigualdades que se han agudizado con la crisis sanitaria y económica en el mundo, incluyendo la escasez de dinero y alimentos; las demandas por cuidar a niños y otros familiares; el aumento en las labores de casa, etcétera. 

Tales demandas afectan más a los más pobres y, cabe señalarlo, a las mujeres de todos los niveles socioeconómicos; numerosos estudios apuntan a que ellas han asumido una carga mucho mayor de los trabajos en casa durante la contingencia, lo cual necesariamente impacta en su nivel de productividad académica, porque en diversos países se está discutiendo la posibilidad de dar calificaciones aprobatorias a todos los alumnos para el primer semestre de 2020, en reconocimiento de la magnitud de las desigualdades. 

No obstante, el verdadero reto está en encontrar la forma de llevar una educación de calidad a todos los hogares mientras siga la contingencia, por lo que tales esfuerzos son necesarios y urgentes, para que las brechas digitales existentes no se traduzcan en brechas educativas de largo alcance en México y en el mundo, por lo que los países deberán invertir más en capacitación, en la educación para crear un futuro mejor para todos después de la pandemia. 

“Aprende de ayer, vive para hoy, ten esperanza en el mañana. Lo importante es no dejar de cuestionar. La curiosidad tiene sus propios motivos para existir”. Albert Einstein 

Araceli Aguilar Salgado: Periodista, Abogada, Ingeniera, Escritora, Analista y Comentarista mexicana, del Estado de Guerrero, México.


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