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martes, 23 de abril de 2019

Hallazgos y ricas historias de la provincia Sánchez Ramírez

El sociólogo Dagoberto Tejeda. Foto: Karina Valentín/ADH.
La Academia Dominicana de la Historia hizo un seminario de historia local con el apoyo de la UTECO 

La Academia Dominicana de la Historia realizó el Seminario de Historia Local “Provincia Sánchez Ramírez: historia, cultura”, que reveló interesantes historias y hallazgos y que contó con un amplio público de esa demarcación y de Santo Domingo. 

En la actividad, efectuada en la Universidad Tecnológica del Cibao Oriental (UTECO), participaron como expositores el arqueólogo Harold Olsen Bogaert, el sociólogo Dagoberto Tejada y los historiadores Francisco Rincón, Edwin Espinal Hernández, Robert Espinal y Mu Kien Sang Ben, presidenta de la Academia Dominicana de la Historia. 

Tejada, que disertó sobre “El carnaval de Cotuí, diversidad e identidad”, explicó que era costumbre por parte de cronistas y escritores tradicionales prejuiciados no registrar gran parte de las manifestaciones artísticas-culturales del pueblo, por considerar que estas no eran importantes ni trascendentes. 

“Era una visión ideologizada de clase, de una élite con fuertes prejuicios sociales, discriminatorios, sobre todo en las poblaciones del interior del país, por su dimensión de enclave, con actitudes racistas, con incipientes expresiones de comunicación”, puntualizó. 

Dijo que por esa razón, en Cotuí, predomina la ausencia documental en las expresiones de la cultura popular. 

“El carnaval de Cotui no es ajeno a ese proceso. No existen registros documentales de las primeras manifestaciones de carnaval, para cuando tan solo era una villa, uno de los pueblos más antiguos de la isla, que en un momento dado fue el segundo más poblado, localizado en un contexto mediterráneo, aislado por la distancia de la ciudad capital”, añadió. 

Manifestó que aunque hay referencias, sin documentación importante, sobre manifestaciones de carnaval y que se han detectado tres modalidades carnavalescas en Cotuí: el Carnaval de Salón, el Carnaval Cimarrón de la Semana Santa y el Carnaval Popular de Febrero. 

Afirmó que comparándolo con los otros carnavales del país, el que se realiza en Cotuí es uno de los que tiene mayor diversidad de personajes. 

“Es un carnaval particular, con una extraordinaria presencia afrodescendiente, único, con una definición de su identidad. Hoy en día es el carnaval más ecológico del país, con una creatividad sin límites, en una relación con la naturaleza, haciéndolo el carnaval más democrático del país, porque ha hecho una ruptura con el “preciosismo” y la comercialización”, dijo. 

Inicios de la minería 

 El arqueólogo Harold Olsen Bogaert. Foto: Karina Valentín/ADH.
En tanto, Harold Olsen Bogaert, que expuso sobre “Arqueología de rescate en Pueblo Viejo de Cotuí”, explicó que desde el año 2003 el Ministerio de Cultura de la República Dominicana, a través del Museo del Hombre Dominicano y de la Dirección Nacional de Patrimonio Monumental, ha venido efectuando investigaciones arqueológicas en el área de Pueblo Viejo de Cotuí, primero realizando prospecciones y más adelante el estudio y rescate de cada uno de los sitios registrados en el área de concesión minera, así como en sus posibles áreas de influencia. 

Dijo que los hallazgos han permitido identificar pobladores correspondientes a grupos aborígenes tanto preceramistas “banwaroides” como ceramistas de los estilos “saladoides o igneris”, “ostionoides”, “meillacoides” y “chicoides” y que también se han identificado sitios en donde convivieron aborígenes y colonizadores. 

Sostuvo que los restos culturales coloniales localizados corresponden a españoles, alemanes y africanos. 

“Un hallazgo de suma importancia ha sido la localización de las estructuras coloniales mineras más antiguas de la República Dominicana y posiblemente de toda América, así como el sitio en donde se encontraban los poblados indígenas y colonial original de Cotuí”, afirmó. 

Aseguró que se han localizado 41 sitios con bienes de interés arqueológico, 36 de ellos prehispánicos y los demás indo-hispánicos. 

Añadió que dentro de los primeros hay 15 cuevas, un abrigo rocoso y un arroyo en donde se localizan figuras de arte rupestre. 

Precisó que los otros cinco sitios son fundamentalmente indo-hispánicos, en los que se destaca el “Sitio Arqueológico No. 11: Estructuras Coloniales”, por presentar restos de cimientos de piedras del antiguo campamento minero, así como de la iglesia. 

Dijo que estos sitios se han estado investigando con el auspicio de Pueblo Viejo Dominicana Corporation (Barrick Pueblo Viejo). 

Recordó que con el segundo viaje de Colón, en 1494, se inició la minería colonial en la isla La Hispaniola, cuando pequeñas expediciones fueron enviadas a explorar tierra adentro. 

Indicó que un hallazgo de suma importancia ha sido la localización de las estructuras coloniales mineras más antiguas de la República Dominicana y posiblemente de toda América, así como el sitio en donde se encontraban los poblados indígenas y colonial original de Cotuí. 

Charla de Espinal sobre Glas 

El historiador Edwin Espinal. Foto: Karina Valentín/ADH
En su disertación titulada “Del Yuna al Yaque: el cotuisano 
José Manuel Glas, munícipe santiaguero”, Edwin Espinal Hernández ofreció informaciones relevantes sobre el comerciante, diplomático, político, munícipe y filántropo José Manuel Glas, “una de las figuras más atrayentes del Santiago de la segunda mitad del siglo XIX, por ser protagonista y vincularse a los más importantes proyectos progresistas de entonces”. 

“Pocos saben que este personaje, cuyo nombre ostenta una calle del sector de Pueblo Nuevo en esa ciudad, nació en Cotuí durante la ocupación haitiana el 9 de abril de 1834. De su infancia y adolescencia no hay noticias, pero sabemos que fue bautizado como hijo natural y con el nombre de Juan José Manuel en San Francisco de Macorís el 22 de abril del mismo año y que sus padrinos fueron Ambot, jefe de escuadrón, sin dudas haitiano, y María Luisa Alejandro”, agregó. 

Dijo que el progenitor del mencionado munícipe fue José Glass Adames, un sacerdote ordenado en 1826 que luego abandonaría los hábitos, y su madre María Lucas, mulata, apodada Mariquita, de la que siempre se enorgulleció, pues a pesar de llevar el apellido de su padre, con una “s” menos, siempre se presentó como hijo natural. 

Añadió que Glas era un hombre pequeño, con un aire de formalidad excesiva, como lo recordó Randolph Keim, quien se hospedó en su casa de Santiago en 1869, pero que su fisonomía era risueña y la acompañaban una mirada seductora, un trato fino y un carácter afable, según la descripción de Gregorio Luperón. 

Dijo que aunque se contó entre los que salió a recibir a los primeros soldados de los batallones de la corona española en Palmar el 22 de abril de 1861, poco menos de un mes después del inicio de la Anexión, y que ya en la ciudad se esmeró en obsequiarlos, se integró tempranamente al movimiento restaurador y estuvo implicado en el movimiento del 24 de febrero de 1863 en contra de la Anexión. 

Aseguró que Glas también formó parte de la Comisión de Hacienda del gobierno provisional restaurador y se desempeñó igualmente como Ministro de Hacienda del gabinete del presidente Pepillo Salcedo, al que renunció en agosto de 1864, y que fue presidente de la comisión para el arreglo de las cuentas del gobierno en octubre de 1864. 

Sobre su ascenso en la masonería, dijo que en 1867 Glas fue comisionado junto al general Gregorio Luperón y el ciudadano Rafael María Leyba para la instalación de la Respetable Logia Restauración No.11 de Puerto Plata y que ya en 1869 había alcanzado la posición de Venerable Maestro de la Logia Nuevo Mundo No.5., cuyo templo inicial, construido entre 1871 y 1873, fue levantado gracias a su fundamental aporte económico. 

Sostuvo que lo propio puede decirse con respecto a su integración a la sociedad santiaguera, pues en este mismo año Glas se contó entre los fundadores de la sociedad benéfica "La Caridad". 

Espinal afirmó que Glas sobresalió como exportador de tabaco y campeche y destilador de alcoholes y formó parte del núcleo relacionado con comerciantes extranjeros. 

Dijo que al mismo tiempo, Glas se inició como contratista de obras públicas, función que le derivó no pocos beneficios. 

Afirmó que en 1877 Glas estableció una finca en Cabeza de Toro, en la banda sur de la península de Samaná, que bautizó como Gumercinda y en la que dedicó 1,600 tareas a la caña de azúcar y un potrero de 600 tareas a la siembra de yerba de guinea. 

“En 1879, incorporó veinte braceros extranjeros a esta hacienda, en la que también, por una carta que le dirigió el entonces ministro de Interior y Policía Ulises Heureaux en 1882, sabemos que criaba reses y cerdos”, agregó. 

Manifestó que como exponente de la élite comercial de la ciudad, en 1889 Glas visitó la Exposición Universal Internacional de París junto a Augusto Espaillat, Cosme Batlle, Alfonso Franco, Arturo y Máximo Grullón, Arturo Alardo y Deogracias Ricardo, quienes se constituyeron en la primera representación dominicana en una exposición en el extranjero. 

Dijo que la muerte sorprendió a Glas menos de un mes después de haber testado, el 9 de enero de 1895, cuando contaba sesenta años de edad y que su cuñado, Leopoldo Malagón, declaró su muerte en la oficialía del Estado Civil del Segundo Distrito de la ciudad.
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