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Por Dr. José Emilio de Jesús
Diario Azua / 20 abril 2025.-
En la aurora de un nuevo Domingo de Resurrección, la humanidad entera es invitada, una vez más, a mirar con esperanza hacia la luz que emerge del sepulcro vacío. No se trata solo de la conmemoración de un hecho religioso, sino de una profunda llamada espiritual y ética a la transformación interior, al renacer del alma y al reencuentro con aquello que verdaderamente nos humaniza.
Vivimos tiempos convulsos, marcados por la incertidumbre, la desinformación, la violencia y el individualismo. En este contexto, el mensaje de la resurrección no puede quedarse encerrado entre los muros de los templos, sino que debe cobrar vida en cada gesto, en cada decisión, en cada compromiso con el bien común. La resurrección es, ante todo, una invitación a volver a los principios esenciales que dan sentido a nuestra existencia: la verdad, la justicia, la solidaridad, el respeto y el amor.
Hoy más que nunca necesitamos resucitar valores que parecen dormidos, olvidados o incluso desprestigiados. Resucitar la empatía en un mundo que corre sin detenerse a mirar al otro. Resucitar la integridad en medio de estructuras que premian el egoísmo y la corrupción. Resucitar la compasión en sociedades que se han vuelto insensibles al dolor ajeno. Resucitar la esperanza cuando todo parece estar perdido.
La Resurrección nos recuerda que el cambio es posible, que aun después de los días más oscuros, la luz puede abrirse paso. Pero ese cambio no vendrá por sí solo. Es una construcción diaria, silenciosa y a veces dolorosa, que comienza en el corazón de cada ser humano dispuesto a vivir con autenticidad, con humildad y con amor.
Que este Domingo de Resurrección no sea una simple celebración litúrgica, sino un punto de inflexión para resaltar lo mejor de nuestra condición humana. Que resuciten en nosotros la bondad, el compromiso, la capacidad de perdonar, de construir puentes, de sembrar paz.
Porque solo si nos atrevemos a vivir como resucitados, con valores renovados y principios firmes, podremos ser luz en un mundo cambiante y contribuir a una humanidad más justa, más solidaria y más fraterna.
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