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Por Omar Nivar
Diario Azua / 22 septiembre 2024.-
El anuncio del presidente Luis Abinader sobre la fusión o eliminación del Consejo Nacional para las Comunidades Dominicanas en el Exterior (Condex), nos llama la atención por las formas de esta decisión.
De acuerdo a lo planteado por el mandatario Abinader, el propósito que busca el Gobierno con esta reforma es eliminar duplicidades en instituciones públicas para ser más “eficientes, coherentes y estar alineadas con las prioridades del Gobierno”, según sus declaraciones en LA Semanal con la Prensa.
Debemos destacar que el Condex fue creado mediante la Ley 1-08, promulgada por el Poder Ejecutivo el 4 de enero del 2008, con el objetivo de coordinar y ejecutar políticas que respondan a las necesidades de los dominicanos en el exterior, promoviendo su inclusión en el desarrollo del país.
Es cierto que esta institución no ha tenido esa gran relevancia o impacto en las comunidades que residen fuera de las aguas dominicanas, pero esto también se debe a la no importancia que brindan los presidentes de turno; sin embargo, la reciente propuesta de fusionar o eliminar el Condex plantea serias preocupaciones sobre el futuro de la representación y participación de los dominicanos que residen fuera del país.
En particular, surge una pregunta esencial: ¿Se tomó en cuenta la voluntad de la diáspora antes de tomar esta decisión?
Su existencia es fundamental para canalizar las preocupaciones de la diáspora que juega un papel vital en la economía y la cultura de la República Dominicana.
De hecho, las remesas enviadas por los casi cuatro millones de dominicanos que residen en el exterior son un pilar económico crucial, y su influencia en el país trasciende lo financiero.
Eliminar o fusionar este organismo sin una consulta exhaustiva a la comunidad dominicana en el exterior no solo sería un error político, sino también una falta de respeto hacia los derechos de la diáspora.
Los dominicanos que vivimos fuera de las fronteras dominicanas mantenemos un profundo vínculo con el país, y cualquier decisión que afecte su participación en los asuntos nacionales debe ser discutida con los actores principales de manera abierta y democrática.
Cabe preguntarse si esta decisión ha sido producto de una consulta legítima y amplia con la comunidad afectada. ¿Fueron escuchados los dominicanos que residen en el exterior? ¿Se tomaron en cuenta sus opiniones, necesidades y preocupaciones?
Todo indica que no, que no ha habido un diálogo ni una consulta popular que legitime esta propuesta.
Es fundamental que los dominicanos en el exterior puedan expresar su voluntad a través de mecanismos que garanticen su participación efectiva en las decisiones que les afectan directamente.
La diáspora no es una comunidad pasiva, sino activa, que ha demostrado su compromiso con el país en innumerables ocasiones.
Pero, ¿Qué papel juegan los Diputados de Ultramar?
Aquí es donde cobra especial relevancia el papel de los Diputados de Ultramar.
Estos representantes tienen la responsabilidad de defender los intereses de los dominicanos que residen fuera del país, y de legislar para sus representados.
Si bien el Condex es un órgano administrativo, su desaparición o transformación impacta directamente en la forma en que los dominicanos en el exterior se conectan con el país y participan en las decisiones del Estado.
Es vital que los Diputados de Ultramar sean más activos en la defensa de quienes les eligieron, asegurándose de que cualquier decisión que afecte a la diáspora sea tomada con su consentimiento y participación.
Dicho esto, el Ejecutivo debe brindar o exponer alternativas a la fusión o eliminación del Condex. Si el Gobierno insiste en modificar el Condex, debe ofrecer alternativas claras que aseguren que la diáspora no quedará marginada de las políticas nacionales.
Cualquier cambio debe ir acompañado de un plan que fortalezca, en lugar de debilitar, la participación de los dominicanos en el exterior en los asuntos del país.
Una posible alternativa sería la creación de un órgano consultivo específico que funcione en conjunto con los Diputados de Ultramar y el Instituto de Dominicanos en el Exterior (Index) para asegurar que la voz de la diáspora sea parte integral del proceso de la toma de decisiones.
Este organismo podría tener representantes elegidos directamente por la comunidad dominicana en el exterior, garantizando una mayor representatividad y legitimidad, y no caer en el juego del favoritismo político o “botellas”.
Es por esto que entendemos que es fundamental que se respeten los principios democráticos y que la diáspora tenga un papel activo en cualquier decisión de los poderes del país que les afecte.
Sin la participación de los dominicanos en el exterior, cualquier cambio en el Condex corre el riesgo de debilitar la relación entre el Estado y una de sus comunidades más vitales para el crecimiento económico del país.
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