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miércoles, 21 de julio de 2021

La oración la única arma en tiempos tan efímeros de coronavirus



De Araceli Aguilar Salgado
/Diario Azua / 21 julio 2021.-

“Nuestras oraciones hacen la diferencia estas llegan a Dios”

Que sea la misma humanidad la que se proteja si quiere sobrevivir. No solo a la letal pandemia, sino a la peste de caos y miseria que se avecina. Se acabó la fiebre del oro, del petróleo, ahora es reemplazada por la fiebre del virus del conv-19.

Ya lo decía la Madre Teresa de Calcuta: “El fruto del silencio es la oración. El fruto de la oración es la fe. El fruto de la fe es el amor. El fruto del amor es el servicio. El fruto del servicio es la paz.”

Yo creo que hay un gran ser supremo creador del universo que nos protege por lo que hago oración por la humanidad, por la familia por los amigos creo que es una forma de poder a la humanidad ya que nadie está exento y nadie sabe si morirá hoy o mañana de coronavirus

Si está pandemia, que nos trajo incertidumbre, cada día que pasaba esperábamos guardados en casa que pasará el hoy y transcurrían los días donde el buscar al Gran Supremos Creador del Universo, si eso es ahora era la prioridad de muchos, que aún teníamos la esperanza que la ira de Dios pasará rápido y todo volviera a la normalidad.

No, nos quedó más que recordar lo que nos dice la biblia: “Amarás al señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma”.

Ahora si pudimos compartir tanto tiempo con los hijos, la familia que nos llevó a convivir en un ambiente donde nos teníamos que adaptar a cada una de las personalidades y aceptarnos como somos sin querer cambiarnos, sino en pensar en cambiar primero nosotros para después dar a los demás lo mejor de cada uno. Aplicamos el mandamiento de “Amarás al prójimo como a ti mismo.

Por lo que asumimos “Honrarás a padre y Madre”, aprendimos el dar prioridad y tener cuidado extremo de la población vulnerable como nuestros padres, abuelos mismo que nos permitió que agradeciéramos a Dios tenerlos con vida y con salud y poderles recompensar todo lo que una vez hicieron por nosotros.

Con esta pandemia muchos tuvimos que emplear los grandes mandamientos no difíciles de cumplir, pero si olvidados por el afán de la vida, en sistema universal mal organizado, donde unos pocos acaparaban la posesión de muchas riquezas y además encaminado a entregar las riendas del verdadero poder, de todo el poder, a las inteligencias artificiales que con su uso eficiente de algoritmos gobernarían nuestros deseos y necesidades.

Y por buscar un futuro incierto que solo lo sabe Dios, por quedarnos en las insignificancias de la vida que es efímera y no le dimos la importancia de lo más valioso la familia.

Porque creo que cada uno de nosotros se inclina a realizar una oración contra la pandemia del coronavirus no contagie a nuestros seres queridos, he ahí una vez más aplicando amarnos unos a otros, es todo lo que Dios pide de nosotros, no más guerras, no más envidias, no más contiendas, no más violencia, es hora de buscar a Dios y valorar la vida como una joya preciosa que Él nos dio y cuidar el planeta como un regalo divino que nos otorgó para gobernar sobre él, no para matarlo y destruirlo.

“No se vive sin la fe. La fe es el conocimiento del significado de la vida humana. La fe es la fuerza de la vida. Si el hombre vive es porque cree en algo.”

Araceli Aguilar Salgado Periodista, Abogada, Ingeniera, Escritora, Presidenta del Congreso Hispanoamericano de Prensa, Analista y comentarista mexicana, del Estado de Guerrero, México.
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