El Partido de la
Liberación Dominicana hasta hace poco tiempo era una maquinaria política
electoral a simple vista indestructible, para nadie era un secreto que era el
partido político más poderosos de los últimos 25 años en la República
Dominicana.
Quedó demostrado en el periodo 2000-2004
cuando perdieron el poder y no pasaron más que 4 años fuera del mismo, que
fueron más que suficientes para que pudieran recomponer sus fuerzas y volver al
poder desplazando al Partido Revolucionario Dominicano que a fuerza de llegó Papá
logró sacar al partido morado del gobierno.
Pero los tiempos cambiaron y fruto de
las luchas de poder, los grupismos dentro de esta organización llega esa
separación dolorosa, que a principios se quiso vender que no afectaría al
Todopoderoso PLD, aunque la realidad le demostró lo contrario, justo donde más
le podía doler en plenas elecciones sobre todo en las presidenciales.
Se podría alegar que un 37% obtenido
para estas elecciones, aunque se perdiera, era una posición envidiable para un
partido que se acaba de dividir, pero la lectura actual nos dice que si fueran
a unas elecciones ahora los resultados para ellos estarían muy lejos de ese 37%
obtenido, porque la otra parte que se desprendió de esta organización política
representada por el Dr. Leonel Fernández, ha fundamentado su crecimiento
captando dirigentes y militantes a todos los niveles del PLD.
De manera que la remodelación de los
cuadros de dirección dentro del Partido de la Liberación Dominicana, era justa
y necesaria, pero no ahora que el partido está en descalabro, sino desde mucho
antes de que alguna gente se abrogara el derecho a propiedad del mismo, antes
de que empezaran las persecuciones y los desmanes a militantes y dirigentes que
no respondía a los interés del grupo enquistado en el poder, antes de que se hicieran tantas diabluras que
no le dejaron más salida al expresidente Fernández, que abandonar la
organización.
El PLD ha entendido y así lo ha
vendido que necesitaba rejuvenecer la
dirección de su partido si quiere ser opción de poder, pero a decir verdad la
historia de las divisiones en los partidos políticos en la República Dominicana
nos ha enseñado que ningún partido después de su división ha llegado a retomar
el poder tan fácil, salvo el caso del PRD y se dio muchos años después.
Es entendible hasta cierto punto que
el PLD quiera vender su partido como una organización fuerte, con opciones
reales de volver al poder, pero para que esto se dé hay que trabajar muy duro y
no solo recomponiendo las estructuras orgánicas, hay que ir más allá demostrarle a las bases de su partido y al pueblo dominicano que se quiere
una reconciliación real, deponiendo actitudes que demuestren que el partido
tiene un dueño, cuando en realidad lo que necesita son muchos dolientes.
No hay comentarios
Publicar un comentario