Titulares

viernes, 3 de abril de 2020

En tiempos de coronavirus: las elecciones, un tema obligado.



José Francisco Peña Guaba

Pareciese, ante la sociedad dominicana, que en el Foro Permanente de Partidos Políticos de la República Dominicana (FOPPPREDOM) no hemos vuelto monotemáticos, ya que insistimos en que se debe conocer, de inmediato, el tema de la necesaria y aun obligatoria posposición de las elecciones pautadas para mayo próximo y que el mismo debe ser abordado por la JCE y los partidos políticos. 

Urge discutir el tema porque a raíz del decreto 142-20 emitido por el presidente Danilo Medina, que amplió el toque de queda y el periodo de cuarentena por 15 días más (que vencen el 13 de abril de 2020) y observando la solicitud de prórroga del estado de emergencia enviada al Congreso Nacional añadiendo 25 días adicionales, lo que lleva este estado de excepción al 10 de mayo 2020, eso está claro.

Visto así, la posposición de las elecciones ya es un hecho. Los candidatos no podrán hacer ninguna campaña presencial. La población estará recluida y muchos derechos ciudadanos estarán totalmente restringidos mientras dure el estado de emergencia, nos hacemos la pregunta: Qué falta entonces para oficialmente posponer las elecciones?.

Falta la decisión firme de los actores del proceso (JCE, los partidos políticos y el gobierno).

Pero como me dijo un amigo, en esta situación ¨nadie le quiere poner el cascabel al gato¨ y no desean asumir responsabilidad política alguna, razones que aquí expondré y a las que llamaré el Decálogo de la Irresponsabilidad.

1- Venimos arrastrando una crisis política desde hace meses. Primero, por el fallido intento de reforma constitucional para instituir la habilitación de una nueva repostulación presidencial.

2- Asistimos a unas muy cuestionadas primarias en el PLD donde quedó demostrado que se le escamoteó el triunfo al expresidente Leonel Fernández.

3- De unas “suspendidas” elecciones municipales de febrero, cuyo desenlace todos conocemos. 

4- De vivir intensas protestas, marchas, plantones y cacerolazos que retumbaron en todo el país como llamado de alerta de la ciudadanía en defensa de la democracia.

5- Una Junta Central Electoral (JCE) cuyo pleno no está en condiciones de auspiciar ni promover, de manera primaria, una nueva posposición de los comicios, a sabiendas sus integrantes de la imposibilidad real de su realización. Es lógico entender que como ellos han sido cuestionados, con o sin razón, por los resultados de las primarias y por la histórica “suspensión” de las elecciones municipales, es comprensible que los miembros del pleno no desean asumir la iniciativa de concretizar legalmente la posposición de las elecciones congresuales y presidenciales. 

6- El Partido de la Liberación Dominicana (PLD) y el gobierno juegan su papel de enfrentar la pandemia del COVID-19. Es su responsabilidad ya que son los que están al frente de la administración pública, pero necesitan tiempo para demostrar eficientes resultados de su gestión frente a esta situación de calamidad nacional, pero de escala mundial. Con ello también, desean recuperarse de la derrota electoral que le infligió la oposición en las elecciones municipales del 15 de marzo. En este punto, es claro que ellos desean aprovechar esta situación, de paso concomitantemente y de manera sutil, para reponerse electoralmente hablando. Está claro que a ellos el tema de las elecciones no les interesa tanto de momento.

7- A la Fuerza del Pueblo (FP) y sus aliados no le es rentable tratar el tema. Para ellos, lo que le es inteligente y estratégico es hacer que sean los otros dos grandes bloques los que asuman el discurso de la posposición, para que la ciudadanía no piense que existe un interés de parte de ellos de ganar tiempo para fortalecer la marca en el electorado nacional.

8- El Partido Revolucionario Moderno (PRM), seguro y optimista de que la celebración lo más rápido posible de las elecciones es su carta de triunfo, no desea bajo ninguna circunstancia asumir el discurso de la posposición. Ellos no pueden deprimir a su militancia ni al electorado que apuesta por ellos al ¨Cambio¨. Evitan tratar el tema porque no desean darle oportunidad al gobierno para que haga una remontada electoral que termine beneficiando al PLD, juega correctamente a que la fuerza de los acontecimientos les favorezca, pero sin quererlo pueden estar abriendo la puerta a que no se celebren los comicios en tan corto tiempo. 

9- En el Congreso Nacional saben que de no ponerse de acuerdo el liderazgo nacional y no amainar los efectos de la pandemia a nivel local, recae sobre ellos la responsabilidad de abordar el asunto y que les tocará decidir el destino nacional para evitar que caigamos en un vacío institucional y constitucional. No dudo que algunos de sus integrantes se estén frotando las manos ante la posibilidad de una extensión de las autoridades actuales y de ellos mismos, ante la imposibilidad material de realizar unas elecciones antes del mes de agosto de este año.

10- El Tribunal Superior Electoral (TSE) sólo puede accionar ante un pedido de la JCE como institución organizadora del proceso y el TC solo podrá conocer acciones posteriores a una posible reforma constitucional realizada por los legisladores, pero con la certeza, por su composición, que está no variará por falta de mayoría, ninguna decisión que salga de la voluntad “mayoritaria de los congresistas”.

Como todos sabemos en nuestro país solo valen los hechos cumplidos. Así ha sido en el devenir de nuestra historia y en esta ocasión no será lo contrario. Solo la conciencia clara de buscar una fecha adecuada, y claro está, que no ponga en riesgo la salud de nuestra población y con la unidad monolítica de la oposición podrá hacer realizable unas elecciones antes del mes agosto. De no entenderlo la oposición, la pelota pasará a estar en la cancha del PLD y del gobierno. No lo duden. Y todo lo que de ahí se desprenda será basado en su decisión y beneficio.

Pero si creemos que a efecto de entender que los poderes facticos cambiarán los resultados de lo que ellos decidan, hoy sin embargo y a pesar del deseo inmenso de la población por un cambio, también estos mismos poderes (la iglesia, oligarquía, EUA) se alinearán con la posición oficial. Simple, porque en medio de esta pandemia mundial que arrodilla hoy hasta las grandes potencias, cualquier acción para evitar un vacío institucional será validado.

Les toca al PRM y a la FP jugar sus cartas con aguda inteligencia, reconociendo realidades como la de la obligada posposición de las elecciones de mayo y coordinar en conjunto con las otras fuerzas políticas y sociales la organización de las elecciones que se vayan a realizar en su momento. Si por falta de miras y de sintonía con la voluntad popular no lo hacen, el PLD, experto en hacer realidad escenarios, lo hará. 

Entonces se repetirá la historia electoral de los años 1986, 1990, 1994, 1996 y el 2012, donde estuvo la oposición tan cerca de obtener el poder, pero las fuerzas de la providencia obraron a desfavor de las fuerzas liberales y mayoritarias de la nación y volveremos a convertir en lapidarias las palabras del doctor Joaquín Balaguer en el año 1978: “Irán como Jeremías al muro de las lamentaciones, a llorar como mujeres lo que no pudieron defender como hombres”.
« PREV
NEXT »

No hay comentarios

Publicar un comentario