Titulares

sábado, 8 de julio de 2017

¿Qué es la tecnología?


Por Edwin Santana

El de la tecnología es un problema demasiado complejo e incidente como para que pase (como en efecto está pasando) prácticamente desapercibido para la gran mayoría de los individuos que componen nuestra sociedad actual.

Regularmente las personas se conforman con ser usuarios y/o productores absortos de la tecnología, sin detenerse nunca a preguntar sobre las cuestiones detrás del fenómeno.

Es tan así, que debido al sorprendente auge de las tecnologías de la información de los últimos años, se cree, de manera automática, que cuando se habla de tecnología se hace referencia únicamente a celulares, computadoras, internet y los artefactos relacionados a estos. A nadie (o casi nadie, para no ser mezquinos con los pocos que sí) se le ocurre advertir que el medio de transporte que utiliza es tecnología (desde la bicicleta hasta el automóvil), que la estufa donde preparan sus alimentos es un artefacto tecnológico, que la gaseosa que se toma es producto de la tecnología, que la bomba atómica también es tecnología.

Incluso los más versados (o que presumen de serlo porque han leído más que la media) ignoran una realidad tan impelente como lo es la cuestión de si hay una frontera entre la ciencia y la tecnología y, si son cuestionados a este respecto y empujados a adoptar una posición, sea de que son distintas, sea de que son idénticas, no son capaces de sustentar su postura con argumentos racionales mínimamenteválidos.

Pero no se trata de avocarse ahora a conocer la tecnología con el objetivo de ser capaces de explicar los conceptos y categorías relacionados a esta. El asunto es que, parafraseando un poco a Carlos Marx, de lo que se trata no es de explicar el mundo, sino de transformarlo.

De modo que hay que poner en práctica la mejor interpretación del famoso mito de la caverna de Platón: hay que buscar la verdad detrás de las sombras que aceptamos como realidad, descubrir las luces que las producen y, una vez conocidas, regresar a la caverna para llamar la atención de los prisioneros, absortos aún ante las sombras, y mostrarles las luces que son la verdad detrás del engaño.

La tecnología es una sombra compleja, como se puede advertir desde el título de la obra cumbre del Dr. César Cuello, pero lo único que se puede, y hay que hacer, es plantearse las preguntas correctas y pertinentes en torno al fenómeno, y salir tras las respuestas que van a arrojarnos luz. Y si en esa búsqueda de la luz nos topamos con que el progreso tecnológico no siempre es sinónimo de progreso social, si nos encontramos con que, además de los beneficios de la tecnología, esta también produce daños, lo que sigue es adoptar el método de la prédica. Pero no una prédica al estilo religioso, cuyo fin es la salvación del “alma eterna que habita en cada hombre”, sino una prédica cuyo objeto sea la salvación del cuerpo mismo, del medio ambiente y la naturaleza y con ellos, la salvación de la sociedad.

Yo estoy haciendo mi parte, ¿y usted? ¿Está jugando al Candy Crush en su Smartphone?, ¿está entretenido enviándole un “hola qué hace” a cada uno de sus contactos para ver con cuál puede entablar una conversación trivial por Whatsapp?, ¿está paralizado frente a una serie o programa de televisión? O simplemente, ¿está tomando Coca-Cola sin siquiera preguntarse cuál es la materia prima de la que se fabrica tan refrescante y ligeramente adictiva bebida?

Si es su caso, aún está a tiempo. Deténgase y pregúntese: ¿Qué es la tecnología, y cuáles son sus límites y alcances? Y cuando empiece a buscar respuestas, habrá emprendido el camino de la búsqueda de la luz ante la más oscura y oscurecedora sombra que se pavonea en la caverna de la actualidad.
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