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martes, 18 de septiembre de 2018

Quisqueya Lora: Estrella Ureña fue “un derrotado histórico”


La historiadora presentó el libro de Rafael Darío Herrera sobre el político del pasado siglo 

SANTO DOMINGO. 

La historiadora Quisqueya Lora expresó que el político Rafael Estrella Ureña vivió la más absoluta deshonra en la dictadura de Trujillo y que sus patéticas expresiones de adulación llegaron al extremo de reconocer al tirano como la cuarta columna de la libertad y el honor de la República junto a Duarte, Sánchez y Mella. 

“A pesar de sus estrambóticas expresiones de lisonja el régimen será implacable. Desarrolló una despiadada persecución que solo terminó con su muerte por enfermedad en 1945. Como tantos otros su muerte está envuelta en un velo de misterio y el autor nos señala que hay indicios de que hubo intervención oficial en su fallecimiento”, dijo al presentar la obra La agitada vida de Rafael Estrella Ureña, la primera biografía del político escrita por el historiador Rafael Darío Herrera, en la Academia Dominicana de la Historia. 

Lora manifestó que Estrella Ureña fue el político típico que conoció el país entre finales del siglo XIX y principios del siglo XX. “Estrella Ureña es un derrotado histórico. Su apuesta por el poder quedó destrozada entre las patas de un caballo de Troya”, puntualizó. 

También expresó: “Poco en él es especialmente destacable, por un tiempo fue como la promesa que cada político, del pasado y del presente, lleva en sí y sobre sí. Promesa que, como en el pasado y en el presente, casi nunca llega a concretarse. Es justamente lo ordinario de Rafael Estrella Ureña, lo que resulta de interés y que constituye un aporte al conocimiento histórico de ese período histórico (la era de Trujillo) tan examinado y diseccionado al extremo por la historia nacional y por eso Rafael Darío claramente no entra en el detalle de la acción conspirativa del 23 de febrero para poder concentrarse en el personaje que muy a menudo se pierde en la acción política del 30”. 

Dijo que Herrera asume un enfoque desde la periferia del gran relato de la tiranía y en cuanto a Estrella ejemplifica muy bien los dilemas e inconsistencias de los políticos y letrados de las primeras décadas del siglo XX. 

“… Aunque era percibido como un hombre apasionado e impulsivo, y el autor lo define varias veces así, desde mi punto de vista Rafael Estrella Ureña se muestra incapaz o desinteresado en reaccionar con contundencia frente a las acciones más crueles, pero sin duda cosecha los frutos de estas acciones. Parecería que lo mueve el cálculo político y en base a él reaccionó o no en cada momento”, argumentó. 

Expresó que no hay forma de explicar el origen de la dictadura de Trujillo sin referir el papel de Estrella Ureña, pero que aun así hasta ahora no había resultado su figura del suficiente interés para merecer una monografía. 

Acerca del estudio de Herrera, Lora dijo que este resistió la tentación de la grandilocuencia, de exagerar las virtudes o logros del biografiado y de demoler al personaje, que pocas veces estuvo a la altura de los acontecimientos. 

Expresó que la actividad política de Estrella Ureña puede concentrarse entre 1916 y 1930 y que parecería que el oprobio de la primera invasión norteamericana sacó lo mejor de una generación joven y especialmente en Rafael Estrella Ureña. 

“Este es el primer momento de Estrella Ureña. Su intenso accionar nacionalista lo llevó a compartir tribuna con personajes de la talla de un Américo Lugo, Rafael César Tolentino, Emiliano Tejera y Ercilia Pepín, entre otros. Fue el momento en que se vinculó a sectores obreros representado el país en el Congreso Panamericano de Obreros junto al pionero del sindicalismo dominicano José Eugenio Kunhardt”, dijo. 

Sin embargo, Lora señaló que los planes de desocupación “mostraron lo que según el autor (Herrera) sería una marca distintiva de su personalidad: la inconsistencia”. 

Manifestó que por lo visto los grandes ideales de Estrella Ureña siempre sucumbieron ante la inmediatez del posible acceso a los beneficios tangibles del poder político: ya fuera encontrar un espacio en el gobierno que resultaría de la ocupación, ya fuera un cargo diplomático, ya fuera la posibilidad de la vicepresidencia o finalmente la mera subsistencia. 

Relación de Estrella Ureña y Trujillo 

En torno a la relación del biografiado y el dictador, Lora recordó que la fórmula Trujillo-Estrella Ureña ganó las elecciones sin dificultad en el 1930, pero que su vicepresidencia fue parte de una negociación todavía prudente por parte de Trujillo, ya que al fin de cuentas el santiaguero había sido la cara visible del Movimiento Cívico. 

“La ruptura era cuestión de tiempo. Estrella Ureña quedó virtualmente marginado de la dinámica del poder. Consciente de lo que venía, salió del país en agosto de 1931, habiendo cumplido apenas un año como vicepresidente. Esta parte de la historia sigue teniendo grandes misterios y Rafael Darío Herrera así claramente lo establece. Sobre su partida solo hay teorías”, manifestó. 

Aseguró además que la resistencia como exiliado y opositor de Estrella Ureña dejó mucho que desear, y que tan solo cuatro años después de su salida del país, fracasado un intento de expedición armada, pasó al otro extremo del accionar político, iniciando conversaciones con agentes de la dictadura para retornar a República Dominicana. 

“Estrella Ureña parece incapaz de aquilatar la situación, pretende negociar con ellos y hasta hacer exigencias. Los invito a leer el proceso asombroso de negociación llevado a cabo con los enviados del régimen. Estrella Ureña se presenta como extremadamente ingenuo o poseedor de una seguridad que le impide comprender que va camino a las fauces del lobo. Su falta de lucidez es inexplicable”, agregó. 

Expresó que, en la primera reunión en junio de 1935, Estrella Ureña todavía exigió cosas como libertad inmediata de los presos políticos, libertad absoluta de prensa y alternabilidad en el poder. 

“Cuatro años después un Rafael Estrella Ureña ahogado económicamente, sin un proyecto político visible, se reúne con Trujillo en Miami, y allí prácticamente sin ninguna exigencia, en una actitud que puede considerarse desesperada, zanjó sus diferencias y acuerda retornar al país en diciembre 1939”, indicó. 


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