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diarioazua
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Por Víctor Peña.
La haitianización de la República Dominicana no es nada para asombrarse, ya que por años ha sido una aspiración de algunos organismos internacionales y algunos países que aúpan estos organismos incluyendo parte de Europa.
Resulta que estos organismos se han empeñado en venderle al mundo que por el hecho de nosotros los dominicanos compartir la isla con Haití y este ser un Estado fallido, debemos asumirlos con todos sus problemas sin tomar en cuenta las costumbres y culturas tan diferentes que existe entre estos dos pueblos.
Nada más absurdo, porque nuestros hermanos haitianos siempre han querido adueñarse de la isla por la fuerza y en su subconsciente existe la idea que la isla les pertenece, a tal grado que los dominicanos a sangre y fuego le hemos tenido que recordar de qué lado está su lugar.
Lamentablemente esos países y organizaciones internacionales, se han valido del chantaje, con acusaciones sin fundamento de mal trato a los haitianos en el país, esto apoyados por algunos malos dominicanos que dirigen ONGs que reciben dinero que deben justificar con estas acciones, afortunadamente esto nunca ha podido ser comprobado.
En lo particular nunca he sentido xenofobia por los haitianos más bien siempre he creído que necesitan ayuda, no solo de la República Dominicana, sino de todo el mundo, el estado de salvajismo en que vive el pueblo haitiano, no se ajusta ni se adapta al tipo de vida que llevamos los dominicanos, es más no hay un país que se ajuste al tipo de vida que ellos llevan.
Los países que propugnan por la unificación de la isla no quieren a los haitianos en su territorio, porque será, que conste que las condiciones territoriales y socio-económicas de estos países son muy superiores a las que existen en nuestro país.
Los ciudadanos de a pie en los últimos tiempos claman porque el gobierno aplique políticas más severas que pueda frenar la gran invasión pacífica, hasta ahora, que estamos sufriendo de parte de los haitianos, estos reclamos están más que justificados a juzgar por la presencia de los haitianos en calles y barrios de todo el país.
Resulta que la política de repatriación y legalización del Estado no han sido suficientes, porque cuando se repatrian mil entran 5 mil y así no se solucionara el problema.
Tenemos dos grandes debilidades, primero la gran franja de la frontera inhóspita que no tiene ningún tipo de vigilancia y segundo que donde tenemos vigilancia hay denuncia de que los haitianos que pagan sus peajes a militares dominicanos no tienen ningún problema para entra a la República Dominicana.
Mientras el gobierno no enfrente estos problemas con seriedad y sin miedo a lo que digan o piensen organizaciones internacionales y algunas nacionales, vamos a seguir siendo invadidos por los haitianos, unos en busca de mejor vida y otros talvez porque estratégicamente necesitan posesionar en tierra dominicana, por si tienen que defender lo que ellos siempre han creído que es suyo.
Mientras tanto debemos recordarles a los haitianos, a los malos dominicanos y organismos internacionales auspiciados por algunos países extranjeros que quieren unificar la isla, lo que dice el merengue de Fernando Villalona, que en nuestra República Dominicana no caben dos bandera.
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