Titulares

martes, 20 de junio de 2017

ACADEMIA DE CIENCIAS Y LA DESPENALIZACION DEL ABORTO


Santo Domingo, RD.-

Fiel a su lema : “Por la libertad de pensamiento y la verdad científica” frente al desgarrarte drama humano de la penalización del aborto previsto en la Ley de Reforma del Código Penal Dominicano y ante la denigrante y desafortunada decisión del Senado de la República que insiste en el rechazo de las prudentes y sabias observaciones del Señor Presidente, Lic. Danilo Medina que favorece tres eximentes de despenalización del aborto: a) Cuando peligre la vida de la madre; b) En caso de violación o incesto; c) Cuando se determina que hay mal conformación del feto incompatible con la vida, la Academia de Ciencias de la República Dominicana apegada a sus principios, se siente en la obligación ética y moral de fijar públicamente su posición ante la sociedad y los poderes públicos del Estado, reiterando su respaldo al veto presidencial, que cuenta con el firme apoyo de la mujer y del grueso de la sociedad dominicana que favorecen el derecho a la vida y a la dignidad del ser humano, y condena la aberrante condenación impuesta por congresistas, la Iglesia Católica y pseudo cristianas que por razones de creencia y fe religiosa desconocen el derecho a la vida y a la dignidad humana, tal como lo establece la Constitución de la República al referirse a la función esencial del Estado. Art. 8: “La protección efectiva de los derechos de la persona , el respeto a su dignidad y la obtención de medios que le permita perfeccionarse de forma igualitaria y progresiva dentro de un marco de libertad individual y de justicia social compatible con el orden público, el interés general y los derechos de toda persona”; muy acorde con lo consignado en su Art. 7: “La República Dominicana es un estado social democrático de derecho – no confesional o religioso- fundado en el respeto de la dignidad, los derechos fundamentales, la soberanía popular… y que consagra, enfáticamente, el Art. 38 de la Constitución cuando proclama: “El Estado se fundamenta e

n el respeto a la dignidad de la persona humana y se organiza para la protección real y efectiva de los derechos fundamentales que le son inherentes. La dignidad del ser humano es sagrada, innata e inviolable; su respeto y protección constituyen una responsabilidad esencial del Estado.”

Nada más sagrado que el derecho a la vida y a la dignidad de la persona humana: Nada más justo, cuando se trata de la mujer abusada, que su mayor protección.
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