Titulares

martes, 28 de febrero de 2017

Discurso de Reinaldo Pared Pérez, presidente del Senado de la República


Reunión Conjunta

Honorable Señor Presidente de la Junta Central Electoral, 

Lic. Julio César Castaños Guzmán y demás Miembros

Honorable Señor Presidente del Tribunal Superior Electoral,

Lic. Mariano Rodríguez y demás Magistrados


Honorable Señor Presidente de la Cámara de Cuentas de la República Dominicana,

Dr. Hugo Francisco Alvarez Pérez y demás Miembros

Ministros, Directores y Administradores Generales y demás Autoridades Civiles y Militares

Invitados Especiales

Señoras y Señores

Pueblo Dominicano:

Para cada año calendario, el país tiene reservado determinadas fechas significativas, cuyas finalidades y propósitos no son otros que los de recordar, celebrar o conmemorar según el caso, hechos emblemáticos, simbólicos y paradigmáticos, que, por su trascendencia e incidencia en la historia nacional, los hacen merecedores y acreedores de su presencia permanente en la conciencia y conducta de cada dominicano y dominicana.

Esas “determinadas fechas significativas” en la historia del país a las que aludíamos en el párrafo anterior, son variadas y numerosas, pero entre todas ellas ocupa un lugar de primerísimo y destacado primer orden en la República Dominicana, la que corresponde al día de hoy, es decir, el 27 de Febrero.

Este día de hoy 27 de febrero, constituye y significa para toda la nación dominicana, la fecha patria, la fecha emblema, la fecha símbolo, la fecha digna, la fecha insigne, en fin la fecha ícono, pues hoy celebramos con orgullo y acentuado fervor patriótico, el 173 Aniversario del nacimiento y fundación de la República Dominicana, como un país libre, soberano e independiente, debido sobre todo, a la resuelta y determinante actitud de un puñado de valientes y visionarios hombres y mujeres, inspirados y aupados por Duarte, Sánchez y Mella y de los no menos heroicos Trinitarios.

Ahora bien, si significativa e histórica es la fecha de hoy, no menos resulta y viene a ser la que estaremos celebrando en escaso y poco tiempo, como lo constituye el próximo 9 de marzo del presente año, día en que se cumplirán los 200 años del nacimiento de uno de los padres fundadores de la República en la persona de Francisco Del Rosario Sánchez, por cuyo motivo saludamos con beneplácito la decisión tomada por Usted, Señor Presidente, de integrar una comisión para organizar y festejar ese magno e histórico acontecimiento, a la vez que invitamos a toda la nación quisqueyana a celebrar con inusitado júbilo, los actos que se llevarán a cabo a tales y elevados nobles fines. 

Es por lo más arriba expresado entre otras cosas, que no es el resultado del azar el significativo hecho, que la Constitución de la República haya reservado este día para que Usted, Señor Presidente, haga acopio y de cumplimiento a una de las principales obligaciones que le manda a observar la Ley de Leyes de la nación dominicana.

En efecto, el artículo 114 de nuestra Carta Magna dispone con atinada precisión, que “Es responsabilidad del Presidente de la República rendir cuentas anualmente, ante el Congreso Nacional, de la administración presupuestaria, financiera y de gestión ocurrida en el año anterior, según lo establece el artículo 128, numeral 2, literal f) de esta Constitución, acompañada de un mensaje explicativo de las proyecciones macroeconómicas y fiscales, los resultados económicos, financieros y sociales esperados y las principales prioridades que el gobierno se propone ejecutar dentro de la Ley de Presupuesto General del Estado aprobada para el año en curso”.

Asimismo y al tenor de lo que destaca el artículo 121 de nuestra principal Ley, las cámaras congresuales deberán reunirse conjuntamente, para “Recibir el mensaje y la rendición de cuentas de la o el Presidente de la República y las memorias de los ministerios”.

Honorable Señor Presidente, su comparecencia en el día de hoy para rendir cuentas a la nación ante este solemne y magno salón, que sirve de escenario a la Asamblea Nacional y a la Reunión Conjunta de las Cámaras Congresuales según sea el caso, es la primera que se produce durante el segundo mandato de su actual gestión gubernativa.

Señor Presidente, en ocasión de su presencia en el día de hoy a los fines y propósitos antes señalados, han surgido voces y opiniones de diversos sectores de la vida nacional, que han requerido y esperan, que en su Mensaje a la Nación usted aluda a un tema relacionado con las acciones y actividades supuestamente vinculadas a actos de soborno y de corrupción, llevadas a cabo por la compañía brasileña Odebrecht, la que se dedica a labores de construcciones de infraestructuras en diversos países de este hemisferio americano, pero sobre todo de su desempeño puesto en práctica en el país y que al parecer, por declaraciones emitidas por el Lic. José Ramón Peralta en su calidad de Ministro Administrativo de la Presidencia y que recogen los medios de comunicación a inicios de la pasada semana, usted se referirá al tema antes citado.

Y qué bueno que así sea puesto que los que le conocemos no podíamos esperar otra cosa, otro proceder, otra actitud suya Señor Presidente; toda vez que su conducta y trayectoria de hombre público, del ejercicio de las responsables actuaciones que le ha correspondido asumir en el país, certifican a toda prueba y de manera inequívoca, que estamos ante la presencia de un hombre, de un ser humano, de un dirigente y líder político, de la hechura de JUAN BOSCH, moldeado por JUAN BOSCH, que como ese paradigmático e insustituible líder, jamás ha comulgado con lo indebido, jamás ha participado de lo mal hecho, porque si algo inspiró a JUAN BOSCH, como lo inspiró a Usted, a mi y a millares de dirigentes y militantes que integramos el Partido de la Liberación Dominicana, es el de enarbolar y tener como fuente de inspiración, de motivación y de trabajo, la lucha contra la corrupción y la malversación de los fondos de la función pública y por un ejercicio transparente de la misma.

Me consta, sí me consta sobremanera, irrefutablemente, que en más de cincuenta años de vida democrática en la República Dominicana; en más de cuarenta años de militancia política a lo interno del PLD de quien hace uso de la palabra en este momento; en más de treinta años de ejercicio como funcionario público electivo; que yo recuerde, ningún gobierno o Presidente alguno, había tomado tantas medidas e iniciativas en procura de transparentar el ejercicio de las funciones en la administración pública, como las que ha tomado usted Señor Presidente. 

No me cabe duda, el más mínimo resquicio de duda, que, sin incurrir en actos de intromisión y mucho menos inmiscuirse en las actividades propias del Ministerio Público en la persona del Procurador General de la República, en cuanto se refiere a las investigaciones y pesquisas en torno al repetido caso de la compañía Odebrecht, Usted le dará y ofrecerá todo el apoyo y respaldo necesario a este funcionario, para que esas investigaciones puedan arrojar resultados óptimos y lleguen hasta sus últimas consecuencias.

De ahí que y continuando con la señalada situación de la compañía Odebrecht, se hace sumamente necesario, indispensable e imprescindible, que los demás Poderes del Estado Dominicano y de manera fundamental el Judicial, contribuyan diligentemente y en la medida de sus correspondientes competencias y facultades, a actuar de manera responsable y sin contemplaciones ni dilaciones, en el caso de que sea requerido su concurso y participación en la aclaración y solución del presente expediente, tal y como es y ha sido demandado por amplios sectores de la sociedad dominicana.

Asimismo y guardando relación con el tema de la transparencia y pulcritud en el ejercicio de la función pública, la Conferencia del Episcopado Dominicano hizo referencia y exhortó la semana pasada entre otras cosas, para que “nuestros funcionarios y políticos a que actúen con honestidad, pulcritud administrativa y transparencia, con principios éticos y morales, apegados a la Ley y a la Constitución de la República, de modo que puedan ser modelos referenciales a nuestros adolescentes y jóvenes”. 

Es por ello que, correspondiéndose con ese planteamiento y exhortación del uso racional y transparente de los fondos públicos que hace el Obispado Nacional, damos a conocer las conclusiones de los resultados del Informe Final de la Auditoría practicada por la Cámara de Cuentas de la República Dominicana al Senado de la República, en el Período comprendido entre el lro. de enero de 2010 y el 31 de diciembre de 2014 y que revelan un uso razonable y serio de los recursos en este órgano legislativo. Citamos: “ARTÍCULO PRIMERO: APROBAR, como al efecto APRUEBA, el Informe Final de la auditoría practicada el rubro de servicios personales presentado en los estados de ejecución presupuestaria del Senado de la República Dominicana, por el período comprendido entre el 1ro. de enero de 2010 y el 31 de diciembre del año 2014 y el Informe Legal correspondiente, los cuales forman parte integral de la presente resolución. ARTÍCULO SEGUNDO: DECLARAR, como al efecto DECLARA, que la opinión sin salvedad de la presente auditoría evidencia que, el rubro de servicios personales presentado en los estados de ejecución presupuestaria del Senado de la República Dominicana presenta, razonablemente, en todos los aspectos importantes, los desembolsos realizados por el período comprendido entre el 1ro. de enero de 2010 y el 31 de diciembre de 2014, de conformidad con la ley No. 423-06, Orgánica de Presupuesto para el Sector Público, del 17 de noviembre de 2006, su Reglamento de Aplicación aprobado mediante Decreto No. 492-07, del 30 de agosto de 2007, las Normas de Contabilidad emitidas por la Dirección General de Contabilidad Gubernamental (Digecog) y el Manual de Clasificadores Presupuestarios para el Sector Público. ARTICULO TERCERO: REMITIR, como el efecto REMITE, la presente resolución, al ente auditado, al Presidente y a la Ex Presidenta del Senado de la República, de conformidad con las disposiciones de la ley No. 10-04, de fecha 20 de enero del año 2004, a los fines de que tomen conocimiento de la presente auditoría; en ocasión del dictamen de Opinión sin Salvedad de la presente auditoría y del informe legal, que expresa que, los principales funcionarios de la entidad auditada, actuando en el ejercicio de sus funciones y atribuciones, dieron estricto cumplimiento a los preceptos constitucionales, legales, reglamentarios y normativos, que regulan la Contabilidad Gubernamental y la Ejecución Presupuestaria; así como los principios éticos que deben ser observados por los servidores públicos”.

Por otra parte importa destacar, que habiendo transcurrido apenas seis meses del inicio de un nuevo período constitucional para todas las autoridades electivas escogidas en las elecciones generales del año pasado, la Constitución de la República le imponía al Poder Legislativo, el cumplimiento de determinadas obligaciones relacionadas con la integración de la Cámara de Cuentas de la República Dominicana y de la Junta Central Electoral para el período 2016-2020, por haberse agotado el tiempo para el que fueron escogidos sus anteriores miembros.

En ese sentido, somos de opinión de que en ambos casos, tanto la Cámara de Diputados como el Senado de la República, en lo que respecta al proceso para la escogencia de los integrantes de la Cámara de Cuentas de la República Dominicana, estuvo precedido y pautado desde sus inicios hasta su conclusión, por la transparencia, apertura, pulcritud y la seriedad que ameritaba un proceso de tal trascendencia y lo mismo podemos decir que aconteció con la conformación de la Junta Central Electoral a cargo del Senado de la República, todo lo cual contó con la aceptación y aprobación de la opinión pública nacional.

Honorables colegas congresistas, apreciados invitados e invitadas, Excelentísimo Señor Presidente de la República, en las elecciones generales efectuadas en el país el pasado año, Usted Señor Presidente, fue revalidado y legitimado con una votación a su favor sin precedentes en el país, de un 62% de los votos válidamente sufragados. Ello implica y quiere decir inequívocamente, que el pueblo dominicano le reconoció la forma como Usted venía y viene conduciendo el Estado Dominicano y por entender, además, que bajo su dirección el mismo se encuentra en manos decididas, seguras, nada vacilantes, firmes, para seguir manteniendo el país por el camino del desarrollo, del crecimiento, del progreso, de la transparencia y la estabilidad, tal y como ha sabido dirigir a la República el Partido de la Liberación Dominicana y honrar la memoria, el legado y la impronta de JUAN BOSCH.

¡VIVAN LOS TRINITARIOS Y FEBRERISTAS DE 1844!

¡VIVAN DUARTE, SANCHEZ Y MELLA!

¡VIVA LA REPUBLICA DOMINICANA!

Muchas Gracias.

Santo Domingo, D. N.

27 de febrero de 2017.-





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